Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2021

LA BELLEZA DE LA DIFICULTAD. FIESTA TORISTA EN VIC Y CERET

  La corrida de los toros de casta navarra de Miguel Reta ha sido un gran acontecimiento integrista, aunque el resultado tuviera un sabor agridulce. Saludado en las redes sociales como la búsqueda de una nueva lidia, más basada en el movimiento que elude el riesgo, que en la quietud que propicia la nobleza, tuvo más tirón debido a su inclusión en la renombrada feria torista de Ceret, que siempre está a la cabeza de la diversidad de encastes, que por la singular lidia de los toros de la casta navarra desaparecida de los ruedos hace más de cien años, aunque haya subsistido para los festejos populares. El paseíllo tuvo aires de epopeya, recibiendo a los toreros como héroes que iban a lidiar a los inciertos toros de seis años, con permiso especial de la UVTF para la ocasión. El otro héroe, el ganadero, recibió todos los agradecimientos y felicitaciones por su costosa dedicación y fantástica decisión y la ADAC puede presumir de ser los adalides en la búsqueda de la diversidad en la lidia

EN LA RETIRADA DE ENRIQUE PONCE

Tengo para mí que Enrique Ponce es el torero más completo que he visto en mis 40 años de aficionado. Sobrio y elegante en los ruedos, ese era el aire que daba a sus faenas. La sobriedad no excluye el buen gusto, que lo tenía, y la elegancia no es necesariamente lo mismo que la pureza. Ese ha sido el reproche principal a lo largo de su carrera, en la que el arrebato no ha tenido hueco en sus faenas y la enjundia no siempre es un componente fundamental. Ponce ha mantenido un toreo plásticamente bello, sin contorsiones. Ha recorrido todo el escalafón de ganaderías, en todo tipo de plazas de toros. No ha sido acusado de vetos absurdos, ni falsas competencias comerciales y ha protagonizado una larga carrera sin estridencias, escándalos, broncas, ni malquistarse con sectores importantes de la afición. Sin protagonizar una imagen social como Antoñete del resurgir de las corridas de toros en los 80, ni ser un ídolo integrista como César Rincón en los 90, ni un mesías hermético como José To