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Mostrando entradas de mayo, 2022

LA FÁBRICA DE REDECILLAS. ISABEL LIPPERHEIDE EN LA TERTULIA DE JORDÁN

Isabel Lipperheide mantiene una gran herencia taurina, la de su madre Dolores Aguirre a quien acompañó desde la compra de su ganadería y que dirige desde su fallecimiento en 2013. Una ganadería singular por su origen, Atanasio y Conde de la Corte, por su comportamiento encastado y duro y por la valoración de muchos aficionados deseosos de verla en plazas de importancia. Habitual en Madrid, Pamplona, Bilbao y las plazas toristas francesas, este año está anunciada en Ceret y Bilbao. Una ganadería mediana que tiene 180 vacas lo que le da para lidiar poco más de 50 machos de diferentes edades cada año, antes de la pandemia, claro.  Isabel Lipperheide en la Tertulia de Jordán Tiene la ganadera una mirada inquieta en un semblante amable en el que predomina la atención, incluso la reflexión, que no se ve perturbada por sus movimientos pues apenas gesticula al hablar. Sabe lo que quiere de su ganadería y lo busca sin componendas: Toros duros, que embistan sin plegarse a la colaboración y que

UN NATURAL DE TÉLLEZ

Así de sencillo, un natural. No es poca cosa, es un momento sobresaliente. No fue sólo uno, claro, fueron varias series de naturales enjundiosos, con un toro justo de fuerzas, que se prestaba a torear despacio, bien colocado el torero, la planta erguida, la muleta bastante plana para cómo se torea hoy día, que es con el pico, que pudorosamente llaman los vuelos, la pierna adelantada o de frente con los pies juntos, un recital de calidad. Todo ello compuso una faena muy estimable de Ángel Téllez, torero semiolvidado, como tantos que tienen la posibilidad de reivindicarse en esta feria de las oportunidades. Un gran natural de Ángel Téllez Una faena a un toro de corta y noble embestida, que podía haber pasado inadvertido en una corrida que tuvo movilidad y falta de clase, por lo tanto con problemas y con interés, especialmente para el aficionado que agradece que el torero deba resolver problemas del toro, que no tiene que “colocar bien la cabeza”, ni “embestir con profundidad”, condic

EL JULI DA EL TOPE DE SU TOREO EN MADRID

El Juli dio la medida del tope de su toreo con el quinto de La Quinta. Un toro que nunca se negó a embestir, si bien nunca fue claro, una faena de consentir al toro, aguantarle y tirar con suavidad para conseguir que siguiera la muleta en largos naturales en redondo. Gañafote-47 el toro de La Quinta con el que triunfó El Juli en Madrid, bien picado en dos varas por Barroso La mayoría de las grandes faenas de los toreros que no son de los denominados artistas se han hecho con toros ásperos, pues ahí es donde brillan sus cualidades. Eso no es ninguna novedad, la novedad es que lo hiciera El Juli quien siempre en Madrid se ha contentado con anunciarse con toros sin interés y cuando le ha salido un toro díscolo ha tirado por la calle del medio del dominio sin rematar con prestancia. Lo importante no es solo la colocación,  sino lo adecuado para tener el toro en la mano En su primer toro demostró que su toreo está falto de calidad expresiva para brillar con un toro noble. Con el toro si

EL GRIFO DE LOS DISPARATES

Ferrera tiene sentido del espectáculo, también del taurino, y alterna el fuego de artificio intrascendente y demagógico, con el espectáculo taurino interesante y novedoso. En la insípida corrida de Victorino el sábado 30 de abril en Sevilla, le tocó el toro que se movía. No eran propiamente embestidas bravas, sino desplazamientos de pajuna nobleza. Sintiose a gusto Ferrera y lejos de ahondar en el espectáculo taurino se deslizó por la falta de respeto a su profesión, a la plaza de toros e incluso al público, si bien este lo admitió de buena gana y lo jaleó con entusiasmo. Abrió el grifo de los disparates con el brindis a un famoso futbolista, propagandista de los toros a quien sin saber muy bien el motivo, le animó e incluso forzó, a que saliera al rueda a recibir el brindis, sin que se vea la razón, más allá de faltar al respeto a la costumbre asentada y razonable, de que el ruedo, mientras está el toro sólo lo pisan los toreros o auxiliares. Lo peor no fue esa irreverencia irresp