La corrida de los toros de casta navarra de Miguel Reta ha sido un gran acontecimiento integrista,
aunque el resultado tuviera un sabor agridulce. Saludado en las redes sociales
como la búsqueda de una nueva lidia, más basada en el movimiento que elude el
riesgo, que en la quietud que propicia la nobleza, tuvo más tirón debido a su inclusión
en la renombrada feria torista de Ceret, que siempre está a la cabeza de la
diversidad de encastes, que por la singular lidia de los toros de la casta
navarra desaparecida de los
ruedos hace más de cien años, aunque haya subsistido para los festejos
populares.
El paseíllo tuvo aires de epopeya, recibiendo a los toreros
como héroes que iban a lidiar a los inciertos toros de seis años, con permiso
especial de la UVTF para la ocasión. El otro héroe, el ganadero, recibió todos
los agradecimientos y felicitaciones por su costosa dedicación y fantástica decisión
y la ADAC puede presumir de ser los adalides en la búsqueda de la diversidad en
la lidia.
Lo poco que conocemos de la casta navarra en los textos históricos, hablan de toros pequeños, nerviosos, de gran movilidad y facilidad para orientarse y poner en riesgo a los toreros. El encomiable esfuerzo del ganadero, pastor de los encierros de Pamplona y aficionado, modificando la selección de las características de los toros de los festejos populares, para recuperar la casta navarra para las corridas de toros, no presentó toros de características parecidas a estas.
Los toros de gran trapío, se parecían a las nerviosas vacas de
los festejos de la Ribera navarra en sus pasmosas defensas, pero su
comportamiento era más el de mansos descendientes de las otras castas toreables,
que la buscada bravura que embiste de manera distinta a la relativa suavidad de
Vistahermosa.
Esperaba bravura de acometidas en tromba, persecuciones a los toreros solo paradas por las tablas, topetazos a los caballos aunque salieran de naja de los petos, toreo de esgrima para evitar descuidos, en fin señales del toreo defensivo de antes del peto que desgastó la fiereza y depuró la bravura de los toros actuales.
Lo que ví fue muy parecido a una notable mansedumbre. Toros
reservones, de escasas embestidas, huyendo del caballo antes y después de
sentir el hierro, aculados en las tablas de chiqueros y dando testarazos
defensivos que hacían volar los capotes, tumbándose al recibir el espadazo pero
manteniendo su vitalidad que dificultaba la puntilla.
El resultado final fue una corrida decimonónica pero mansa, pues
también en la época heroica las hubo bravas según cuentan las crónicas. Estos
fueron toros como los que decía preferir Rafael El Gallo con su peculiar
explicación: “Prefiero que en la plaza me salga un toro manso que uno bravo. Es
mucho mejor tener que correr detrás del toro, a que el toro corra detrás de mí”.
Tengo para mí que la mansedumbre no genera emoción, sino esforzada lidia sin posibilidad
de brillo.
Sánchez Vara, un héroe de película en blanco y negro
En esta corrida en blanco y negro, Sánchez Vara, con el cuarto
toro, el único que no huía sistemáticamente del lidiador, brilló a gran altura,
mostrando que es un torero que no desmerecería en las películas sepias, donde el
lidiador se acerca más al héroe que vence a la furia de la naturaleza con la
exposición de su vida, que al artista atento a la bella composición de la
conjunción de la acometida del animal y la técnica del torero.
El señuelo de la corrida de Reta y la coincidencia de dos
fines de semana toristas consecutivos en Francia, dio la oportunidad de ver grandes
y encastadas corridas de toros.
Magnífica corrida de Escolar en Vic Fezensac, en cuyo último
toro Gómez del Pilar pulsó la tecla de la emoción artística sacando la nobleza
del bravo toro, que brilló especialmente en la penúltima serie de naturales.
Una serie de gran altura plástica, posibilitada por el dominio de la encastada
y brava embestida y que debería colocar al torero en los carteles de las
ferias. El quinto toro también bravo completó una muy interesante corrida para
el aficionado
En Vic, López Chaves demostró gran valor y solvencia con el complicado
primer toro de Hoyo de la Gitana, y en el más bravo y noble cuarto ensayó un
toreo de mayor estética, sin abandonar cierta reciedumbre.
Israel de Pedro compartió el otro premio al mejor picador con J.L. Alliet
También la corrida de Raso del Portillo en Ceret, participó de la
característica de ser una corrida
encastada, de gran interés para el aficionado por su lidia y cuyos dos toros
bravos le correspondieron al matador francés Maxim Solera, quien todavía
necesita tener más experiencia para enfrentarse a estos toros cuya bravura no
está exenta de dureza.
En su conjunto tres grandes corridas (Escolar, Raso del Portillo
y Hoyo de la Gitana) ligadas al encaste santacoloma, que se lidiaron con
especial atención a la suerte de varas y
donde se mostraron en sus diferentes toros los matices de la casta, desde la
fiera mansedumbre a la brava nobleza, y que llevan a los ruedos la emoción del
toreo, donde la lidia está indisolublemente ligada al riesgo y donde el torero
muestra sin ambages el papel admirable del hombre que vence las dificultades
para crear belleza con el dominio de la incierta embestida de la casta.
Fotografías de Ceret de Andrew Moore
Preciosa la crónica. Soberbio el aparato gráfico que la ilustra.
ResponderEliminarHe estado muy pendiente de las dos ferias capitales de la Francia
torista. El vídeo del Club Taurin Vicois remitido una semana antes
de la feria es uno de los mejores que tengo vistos nunca. Epítome
del trapío. Las imágenes de la corrida de Reta, previas a su lidia, me
hicieron pensar que el término de casta navarra no es unívoco, sino
todo lo contrario. La reconversión de Raso del Portillo parece llevar
camino de consolidarse. La recuperación de Hoyo de la Gitana, una gran
noticia. La personalidad del toro de Escolar no es novedad.
No me han sorprendido los logros de López Chaves y Gómez del Pilar. El caso de Gómez del Pilar es sangrante: lleva acreditando su capacidad y
su talento hace tiempo pero se ve descabalgado del circuito de las ferias
por sistema. Lo de Chaves, tan competente, es otra historia distinta. Una
historia ejemplar
Gracias.
ResponderEliminarPara quienes no fuimos, es un placer leerle.
Saludos
Muchas gracias BRQ. El juego de las ganaderías fue, efectivamente muy bueno, a Raso del Portillo hay que añadirle la novillada de Vic, que no ví y de la que todo el mundo habló estupendamente. También estuvo bien un toro de Los Maños en la corrida concurso de ganaderías, que por lo demás fue una pequeña decepción. La otra novillada, la de Ceret fue un disparate por juntar a un chico que no sabe torear con seis novillos de ganaderías exigentes. Las fotos de Andrew son buenísimas, pues consigue dar perfectamente el aire de la corrida, sus toros reflejan en la foto el juego que dieron en la plaza, un genio, y esta vez he añadido una que me mandó David Cordero de Vic llena de vigor. Me alegro de que sigas la temporada con estusiasmo y espero verte pronto en las plazas
ResponderEliminarMuchas gracias a tí segundo Unknown
ResponderEliminarA la vuelta de las vacaciones lo leí. Descriptiva y valiente crónica, amigo Andrés de Miguel.
ResponderEliminarGracias estimado Lope Morales
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