Yolanda Fernández Fernández-Cuesta
Ex-presidenta de la Asociación El Toro de Madrid
Esperábamos con expectación la
llegada de Urdiales a nuestra tertulia, todavía con el recuerdo emocionado por
la gran tarde que nos había regalado el pasado 7 de octubre en la Feria de
Otoño de Madrid. Su rectitud de planta torera, sus modales serios pero cálidos
en los primeros saludos y sobre todo, su mirada franca y directa, nos hacían
presagiar grandes momentos, y así fue.
Diego Urdiales en la Tertulia de Jordán
el 8 de noviembre de 2019
De orígenes sencillos, comenzó su afición desde muy niño; recuerda sus
juegos al toro con sus hermanos también aficionados, toreando con un trozo de
manta, que aún conserva, y cómo veía en TV las corridas sentado junto a su
padre que era un gran aficionado siempre próximo al mundillo taurino de la
plaza.
Tremendo natural en la faena
a Hurón-120, de Fuente Ymbro
Una de las tres faenas más importantes de este siglo XXI en Las Ventas
Nos relata en un ejercicio de memoria infantil como una tarde que pasó por
la vieja plaza de Arnedo, vio la puerta abierta, pasó, se quedó prendado y se
quedó para siempre; ese día llegó a su casa diciendo que quería ser torero. Tendría
unos 10 años. Se apuntó a una escuela de Tauromaquia de Arnedo que llevaba un aficionado sevillano afincado
allí, Rafael Guerrero, quien al verlo dar sus primeros lances con el único
capote que disponían, reconoció en él unas cualidades innatas; en sus palabras
se percibe la gran deuda de gratitud que tiene hacia el que le enseñó sus
primeras lecciones taurinas y se enorgullece de que la tarde del 7 de octubre
estuviera presenciando la obra maestra de su alumno; reconoce que los estudios
nunca le han gustado.
Directo, franco y cálido en su conversación,
transmite serenidad e inteligencia
Desde esos primeros capotazos infantiles a hoy, toda una vida de
sinsabores y dificultades que nos va
desgranando sin alardes de victimismo o rencor, pero si con la firmeza y la
seguridad del que se lo debe todo a sí mismo. Nadie le ha regalado nada, antes
bien ha tenido una carrera con grandes altibajos en la que muchos años no toreó
ninguna tarde o apenas una o dos, siempre con ganaderías de las llamadas duras,
pero ganándose poco a poco el respeto de los aficionados. Lo que le ha
desarrollado un cierto punto de soberbia que le ha ayudado a sobrevivir.
Un natural marca de la casa
a Gaiterito-100 de Alcurrucén
el 25 de agosto de 2018 en Bilbao
La misma compostura, más reunido, si cabe,
con Hurón-120 de Fuente Ymbro
el 7 de octubre de 2018 en Madrid
Prefiere hablar de encastes, no de ganaderías, y presume de haber toreado
todos, excepto Miura al que considera no podría realizar el toreo que siente, y
dice que en cualquiera puede salir un
toro peligroso y con dificultades. Ha lidiado treinta cinco tardes toros de
Victorino Martín en plazas de compromiso. Difícil resumir las perlas que nos
fue dejando a través de una conversación fluida en más de tres horas que nos
supieron a poco y en la que desde el primer momento llevó la batuta sin rehuir ninguna cuestión planteada; con
voz firme, incluso de tono elevado a veces, nos fue mostrando sus pensamientos
y corazón, los de un hombre, un torero, que tiene como principio vital su
dignidad y honradez y dice con orgullo que ha tenido muchos años que agarrarse
a oficios como el de pintor para ganarse la vida. Fiel a sus principios, a su
pueblo y sus raíces.
El natural a pies juntos de Diego Urdiales
de salón y a Hurón-120
Esta temporada ha sido especial, llegó a
la feria de Bilbao habiendo toreado solo en Arnedo y tras rechazar estar
en San isidro, lo que produjo verdadero pánico en su entorno; pero él, en un temerario
alarde de dignidad, consideró que no podía aceptar las condiciones ofrecidas y
echó la moneda de su futuro al aire, demostrando su personalidad y que su
carrera la dirige él. Dice orgulloso, que Bilbao es su feria talismán que
siempre lo espera, ha sido testigo de tres Puertas Grandes con ganaderías como
Victorino y Alcurrucén. Torero de aficionados y admirados por grandes Maestros,
Curro Romero, El Viti, Talavante, Tomás… que lo siguen y reconocen la pureza de
su toreo. Madrid es también su plaza donde siempre da la cara y se siente
respetado por la afición. Allí ha vivido grandes faenas a toros importantes a veces
malogradas por la espada. Reconoce que el bombo de Casas le ha salido bien y
que desde agosto ya tiene firmadas dos para el próximo San Isidro y quien sabe…
Si es necesario acompaña la conversación con la acción
Y volvió a Madrid en otoño; y vivió,
vivimos, una tarde llena de lecciones de torería, pureza, verdad y clasicismo.
Dice que de la faena al toro Hurón de Fuente Ymbro, no recuerda nada concreto,
solo sensaciones, que no la ha vuelto a ver, pero que todavía siente la
sensación de cómo sintió que se paraba el tiempo en la muleta. Esa faena le
está cambiando la vida como si fuera la recompensa a tanta dignidad. Está
recibiendo más llamadas para próximas ferias, pero no es un torero que quiera
torear a cualquier precio y en cualquier plaza, selecciona y exige. Donde vaya será con las condiciones que yo
quiero ir, resume categórico.
En su visita desde Arnedo,
además de la charla en la Asociación El Toro de Madrid,
pasó por la sastrería Santos
Disfruta viendo videos de toreros del siglo XX, sus referencias son Romero,
Bienvenida, Viti, Paula, Camino, Pepe Luis Vázquez, Martín Vázquez…en ellos se
inspira. Nos habla de su concepción del toreo, y de pie nos desgrana misterios
de la colocación, movimientos y juegos. Lo miramos absortos cómo dibuja un
muletazo en el aire. Lo más difícil es
torear largo, vertical y con naturalidad. Naturalidad, palabra que repite
como la llave que abre la pureza del toreo. No
me gusta la palabra técnica sino hablar del conocimiento del toro
y del toreo. Cada torero tiene su distancia como el toro. El muletazo hay que
darlo con los talones fijos en el suelo, conjugar pecho, cintura, muñecas, dedos
entregados y naturalmente suelto, y quedarte preparado para ligar el siguiente.
Es muy difícil pues depende de la entrega del toro y del sentimiento del torero.
Ahí es cuando aparece el arte, torear
así se consigue pocas veces, pero es lo que él busca en su tauromaquia y que logró en Las Ventas.
Firmando un recuerdo para la Tertulia de Jordán
Es consciente de las repercusiones que ello va a tener y siente cierto
vértigo, pues se le va a esperar mucho en nuevas tardes y el arte no aflora
desde el alma con facilidad; pide
paciencia, la que a veces achaca no tiene la afición madrileña a la que está
muy agradecido, y sabe de las reacciones de parte de las llamadas figuras a
acartelarse con él, pero lo tiene muy claro, las condiciones las fijará el
torero pues es el dueño de su
trayectoria. Sentencia, La actitud
del torero puede con el toro, el animal la siente…, Hay que torear con el alma,
esta frase de ecos belmontinos, sería la esencia de un torero que nos ha
dado los mejores momentos de emoción y toreo de esta y muchas otras temporadas:
Un destello de luz y vuelta a la verdad entre tanta mediocridad y mentira.
Gracias maestro Urdiales, ha prometido volver y como es un hombre de palabra,
volverá.
Fotografías de Andrew Moore
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