Costurero – 33, cárdeno claro, con 89 cm de pitón a pitón, de
la ganadería de José Escolar, ha obtenido el premio Carriquiri al toro más bravo
de San Fermín. Bravo y noble, Costurero fue bien picado arriba por Pedro Iturralde en sus dos entradas,
medido el castigo y sangrado abundantemente, y embistió con calidad y sin ñoñería a la muleta de Paco Ureña, quien le presentó el engaño por ambos
pitones, acudiendo siempre con presteza. Listo, duro y muy noble, fue un gran
toro con el que su matador estuvo tranquilo y aseado.
Costurero - 33 de José Escolar
Tomada de Aplausos
Ureña ya había pasado su calvario con el primero de su lote, que
tomo tres varas y descabalgó en la segunda al piquero. Bravo y no tan noble,
necesitaba mucho mando y valor para redondear una faena épica. No anda sobrado
de ambos el matador, pero sí aguantó sin descomponerse una faena que le dejó
sin resuello y por la que estaba visiblemente satisfecho. Toro duro y muy
interesante para un aficionado de gustos ásperos como yo, que busco en los
toros la emoción singular de la bravura del toro, que desaparece cuando el toro
embiste con docilidad.
Paco Ureña con Costurero
Tomada de Taurología
Parecido en su bravura, casta, problemas y peligro fue el quinto,
pero Paulita no está para esos líos, por los que quizá ya ha pasado en
numerosas ocasiones y tampoco se rodeó de una cuadrilla que le ayudara. Venía
descompuesto de su primer toro, que junto al segundo de Francisco Marco fueron
dos auténticos canallas, que no pasaban, buscaban al matador, levantaban la
muleta y miraban que había detrás.
Espartaco haciéndose un selfie en la Plaza de toros de Pamplona
antes del paseíllo de la corrida de José Escolar
La corrida de Escolar fue un premio al peregrinar detrás de
las corridas de toros interesantes, que es una gran manera de disfrutar de la
tauromaquia. Una corrida con tres toros bravos, uno de ellos noble y de premio,
dos canallas y uno anodino. Casta, emoción, bravura, variedad, interés, valor
necesario del torero, buena lidia obligatoria.
Pedro Iturralde picando a Costurero
Tomada de Cultoro
En definitiva un espectáculo donde la belleza surge del
enfrentamiento entre el torero y el toro, entre el hombre y la bestia. Claro
que no es una manera excluyente de entender los toros, hay muchas otras, pero a
mí esa es la que me interesa y tras ella voy con la fe inquebrantable del
carbonero, aun con algo más de conocimiento.
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ResponderEliminarLos gustos, gustos son. Desde chico me atrajo más la forma de torear que el fondo, más lo que hacía el torero que lo que hacía el toro. y fue, precisamente Curro Romero, luego, Rafael de Paula quienes me sedujeron con su formas de torear. Pero siempre, siempre, he dado al toro un valor fundamental, porque si no hay eso que llaman "transmisión", si la sensación de riesgo, de emoción no llega al espectador, éste termina por aburrirse. Lo que busco es el lucimiento artístico del torero, a base de movimientos lentos y afiligranados, con un toro bravo (no dócil), pero noble.
ResponderEliminarCosturero, estimado José A. Cepeda Romero, no fue un toro de indulto, ni siquiera de vuelta al ruedo, pues le faltó codicia para seguir la muleta y también para entrar al caballo y no tuvo ese poderío que deslumbra. "Sólo" fue bravo y noble, además del toro más bravo de la feria de Pamplona 2015, donde según cuentan quienes lo vieron hubo un desfile de mansos, flojos y descastados toros de ganaderías entre las mejor vistas por los profesionales (Jandilla, Fuente Ymbro, Victoriano del Río, Garcigrande...) Yo sólo vi la corrida de Escolar.
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EliminarEstimado Jose A. Cepeda Romero, hace tiempo que deje de buscar la perfección para apreciar algo. No soy aficionado de todo o nada y por tanto no entiendo una discusión sobre si se fue a morir a toriles porque no era bravo bravo y si el gesto que hacía que parecía que se desentendiera al salir de los pases por el lado derecho era consecuencia de un principio de no bravura, que ya es un concepto raro, porque de mansedumbre no le podemos achacar, o más bien era un problema del matador que no le conducía la embestida hasta el final.
EliminarEn cualquier caso me agrada que usted se lo pase tan bien hilando con esa finura, pero yo me fui de Constantinopla hace tiempo sin llegar a saber cuantos ángeles cabían en la cabeza de un alfiler.
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EliminarDice bien, José A. Cepeda Romero.
EliminarCon esos valores escribo, para tratar de comprender lo que veo. Es fácil de ver en este blog, si no en más sitios donde dejo mis letras juntadas.
Saludos
Pues bien lo dices estimado Luciano Nuevo, cada uno con sus gustos. ¿No serás del Betis?, por aquello que decían cuando toreaba Curro: "Soy de Curro y del Betis y le contestaban: ¿y tu cuando te diviertes?".
ResponderEliminarSin bromas, Curro y Paula nos sedujeron a muchos, pero creo que la corrida de toros necesita de la emoción y la bravura, y la búsqueda del toro noble y con "transmisión" es la ruina de la casta brava, pues mientras aparece ese toro salen cien que son una pena, para el espectáculo y para el arte.
Mensurando el castigo en el primer encuentro, tirando la vara como el que tira la caña al agua. La segunda venida, a mas distancia pero con menos previsión, fue la que ahormó la embestida. Media Puerta Grande es de Iturralde, aunque solo se enteraron cuatro.
ResponderEliminarBien por el pica. Bien por Pichorrongo. Bien por los aficionados, como usted, que brujulean en busca de aquellos que dignifican su profesión .
Saludos, Andrés
Mensurando el castigo en el primer encuentro, tirando la vara como el que tira la caña al agua. La segunda venida, a mas distancia pero con menos previsión, fue la que ahormó la embestida. Media Puerta Grande es de Iturralde, aunque solo se enteraron cuatro.
ResponderEliminarBien por el pica. Bien por Pichorrongo. Bien por los aficionados, como usted, que brujulean en busca de aquellos que dignifican su profesión .
Saludos, Andrés
Iturralde picó muy bien y coincido con usted, Oscar, en que fue muy importante para ahormar la embestida del toro. Lo importante, importante fue la casta y bravura del toro. Iturralde lo picó de lujo, Pirri lo lidió con criterio y Ureña le condujo la embestida y ni lo mandó destrozar en el caballo, ni se rajó con la muleta, es más parecía relajado, después del atragantón que había pasado en el tercero.
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