La corrida de Palha en Arles en la pasada Feria du Riz, en
contraste con la festiva goyesca del día anterior, ilustra perfectamente la
dicotomía en la que se mueven las corridas de toros en la actualidad.
Una corrida seria de presentación, recorriendo todos los
matices de la casta y nunca exenta de agresividad. Planteada como una corrida
concurso en la ejecución de la suerte de varas, fijando un espacio a
contraquerencia de toriles para el caballo y un gran óvalo truncado formado por
la raya habitual de los picadores en cuyo interior se colocaba a los toros. Ningún
toro defraudó en las 16 varas que tomaron con prontitud y codicia.
Formoso-352 se arrancó tres veces desde larga distancia
al caballo de Francisco Romero, quien obtuvo el premio al mejor picador de la corrida
Un toro bravísimo, Formoso-352, que después de acudir tres
veces al caballo galopando y perseguir a los banderilleros, regaló no menos de
30 embestidas a un Pepe Moral que nunca le perdió la cara y se gustó con él,
fue el broche de la corrida que tras la vuelta al ruedo del toro, acabó con la
vuelta al ruedo del matador acompañado por el mayoral de la ganadería y el
propio ganadero.
Pepe Moral toreó con gusto y exposición a Formoso-352
El tercero y quinto fueron bravos, sirvieron para que Pepe
Moral mostrara su buen momento y Octavio Chacón el suyo malo, el segundo muy
agresivo para un Chacón con pocas ideas y el lote de López Chaves mostró el
oficio, valor y aguante del matador. La casta en toda su variedad que propicia
un gran espectáculo para aficionados.
Pepe Moral, el mayoral de Palha y el ganadero Joao Folque
dan la vuelta al ruedo tras la muerte del sexto toro
Aficionados éramos los que cubríamos la mitad del aforo del
singular anfiteatro, que el día anterior se había llenado a rebosar en una
vistosísima corrida goyesca con la despedida de Juan Bautista. Una feria tan
pequeña como la de Arles mostró de manera ejemplar en sus dos corridas, la
dicotomía actual de la fiesta de los toros.
Cartel original de la Feria du Riz 2019
Enrique Ponce sustituyó a Roca Rey
y el tercer torero elegido para la corrida de Palha fue López Chaves
Por un lado un gran lleno de público para una corrida festiva,
organizada como un bello espectáculo con gran dignidad, respetuoso con la liturgia
de la corrida y presentado con la necesaria integridad. Por otro media plaza
llena de aficionados para disfrutar con la esencia de la corrida de toros, el
espectáculo de la casta, la belleza del dominio del animal bravo que es sometido
gracias al conocimiento y la asunción de riesgos de los toreros, con bellas
maneras si el animal lo permite.
No sólo prefiero esta corrida de la verdad, el riesgo y la
belleza que ejemplificó la corrida de Palha, frente a la del espectáculo
festivo, incluso con la gran dignidad que tuvo la despedida de Juan Bautista,
sino que creo que el único camino para la supervivencia de la corrida de toros en
este futuro inquietante, es aquel en el que la belleza del espectáculo venga
del dominio de la casta y no del amaneramiento de formas ante toros sin apenas
sensación de riesgo.
Antes de la corrida se realizó un homenaje al toreo portugués
en la figura del matador Victor Mendes y del ganadero Joao Folque.
Victor Mendes recoge los aplausos de los aficionados
Bravo!
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