Atraídos por el anuncio, finalmente frustrado, de la presencia de Morante en la prueba de nuevos útiles para la lidia, numerosos aficionados nos desplazamos el lunes 6 de marzo hasta Alba de Tormes, para asistir a la presentación de nuevas puyas, banderillas, punzón de divisa, estoque, descabello, puntillas y hasta un acolchado para el estribo derecho del caballo de picar, incluida dentro del seminario “Hacia un nuevo Reglamento taurino en Castilla y León”
La presentación vino acompañada de unas ponencias y
comentarios de biólogos, veterinarios, y el impulsor de los nuevos útiles, el
matador Manolo Sales, presentados por el catedrático Antonio Purroy y con un
saludo de Victorino Martín como ganadero y presidente de la FTL.
La salsa del evento para los profanos, era el ensayo de dichas
nuevas herramientas en una prueba práctica con seis toros a cargo de López Chaves,
El Capea y Javier Cortés, quien sustituyó al anunciado Morante. Probar nuevas
puyas es manifiestamente necesario para el futuro de las corridas de toros,
además de que es imprescindible repensar nuevas formas para terminar la lidia
después de la estocada, reduciendo la exposición pública de la agonía del toro.
La puya que se ensayó, según nos informaron, era de punta con forma de pirámide de base cuadrada en vez de la actual de base triangular. Más allá de la forma de la punta, el vaciado de las aristas o la longitud hasta la cruceta, lo interesante fue que con la nueva puya el número de puyazos, que tomaron los toros con alegría, fue de 18.
El aumento del número de puyazos es esencial para la
supervivencia de la corrida de toros y esto por dos motivos:
Uno de cara al espectáculo. La lidia de toros debe tener
interés en toda su duración, no vale fiarlo todo a la faena de muleta, puesto
que se crea un espectáculo con numerosos tiempos muertos, pendiente del posible
interés de su culminación. La suerte de varas debe tener interés por si misma,
como parte de la faena donde se prueba la fuerza, bravura y condición del toro,
tal y como se demuestra en las contadas ocasiones en las que el animal hace una
brava pelea y como se propugna en numerosas plazas especialmente francesas, con
magníficos resultados.
Otro de cara a su imagen social. La suerte de varas es donde se manifiesta que el toro es un animal que lucha. La repetición e insistencia de su acometividad al caballo demuestra, palpablemente, que es un animal que no sigue dócilmente los engaños, sino que es una animal de pelea que demuestra contra el caballo, peto, puya y picador y que solo permite su sacrificio gracias al riesgo que asume el matador.
La suerte de varas es crucial para el futuro de la fiesta.
Muestra la fortaleza del toro, su acometividad, debe mostrarse no sólo como un
castigo para domeñar la fuerza del toro, sino como el escaparte que desvela la
singularidad de la corrida de toros, la belicosidad de la bravura dominada por
el hombre con su técnica y su exposición al riesgo.
Las puyas deben posibilitar una suerte de varas más móvil que
la actual, que muestre más y mejor las condiciones del animal a lidiar y que
así permita valorar de manera más atractiva la importancia del toro y el valor del
torero. Potenciar la suerte de varas es mejorar la corrida de toros como
espectáculo y como rito, y por tanto mejorar su atractivo para público y para
aficionados
El excelente artículo de François Zumbiehl en ABC recoge el
desarrollo de dicha jornada.
Interesante artículo. Nada que objetar a todo lo relacionado con el tercio de varas y la puya. Pero ojo con esto que se desliza: "nuevas formas para terminar la lidia después de la estocada, reduciendo la exposición pública de la agonía del toro". Todo lo que sea edulcorar la fiesta es ceder a sus enemigos. Lo que hace falta es exigir , como para el tercio de varas, que se hagan bien las cosas, buenos puntilleros y sobre todo valorar como se debe la que siempre se llamo suerte suprema. Ni un premio al que no mate correctamente.
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