Gómez del Pilar es uno de los tapados, de esos toreros con capacidad lidiadora, valor y elegancia formal, a quien sin embargo le cuesta salir del circuito de las corridas duras, donde te juegas no solamente la cornada, sino también los contratos a cara de perro.
Bien valorado por los aficionados, suena poco en los despachos
donde se cuecen los carteles y los cambios de cromos, en los que es difícil
entrar sin las cualidades de una gran expresividad plástica, un toreo resultón o
la pertenencia a una gran casa que entra en el reparto del menguado botín que
hoy día son las ferias taurinas.
Ligado al mismo apoderado desde su etapa de novillero, prefiere sufrir los desaires del sistema por estar arropado con la confianza de tantos años, con la esperanza de poder tocar la tecla de repetir sus buenas faenas en plazas de importancia, para alcanzar el puesto que le corresponde por su capacidad y cualidades.
Colocado en San Isidro con la ganadería de José Escolar, con
la que firmó una gesta el año pasado, que no pudo redondear por ser cogido en
la salida de chiqueros de su último toro, los comentarios sobre la oportunidad,
brillantez y consecuencias de recibir a los toros a porta gayola dieron mucho
juego, que el matador resolvió afirmando que lo importante de irse a la puerta
de chiqueros a esperar al toro, es que consigue captar la atención del público
y, por tanto predisponerle a valorar la labor del torero.
La faena al toro de Escolar, fue una faena de torero maduro,
capaz y valiente, colocado en un sitio donde no valía con aguantar al toro,
sino que había que dominarlo y en la que consiguió rematar con una brillantísima
serie de naturales, pero no es la única que ha firmado el torero, que siempre
se ha encontrado con divisas de las que los aficionados llamamos interesantes y
el público, sencillamente duras, como Escolar, Saltillo o Dolores Aguirre.
Esta temporada está anunciado en Madrid el Domingo de Ramos,
con santacolomas de Pallarés y Los
Maños, antes de volver al abono con la de José Escolar. Aunque no lo expresa
con vehemencia, coincide con la opinión de los asistentes en que esta debe ser
la temporada en la que dé un salto en el escalafón. A pesar de que los carteles
de las ferias están prácticamente cerrados con mucha antelación, siempre puede
haber huecos o sustituciones.
Una temporada de muchos cambios, desde la asistencia a las
plazas y la consideración social del toreo, hasta la organización de las ferias
y la nueva televisión, que esperamos sea fructífera para los toreros tapados
del sistema, entre los que está, de manera destacada, Gómez del Pilar.
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