LA CRÍTICA ACTUAL ESTÁ DEL LADO DEL TORERO, NO DEL AFICIONADO. CARLOS ILIÁN EN LA TERTULIA DE JORDÁN
Probablemente
el último de los críticos de la generación que denunció los fraudes
estructurales de la fiesta de los toros, consiguiendo acabar o minimizar
algunos de ellos. Amigo y compañero de Vicente Zabala, de quien habla con
respeto y cariño y junto a quien empezó en el desaparecido NUEVO DIARIO, donde
le sustituiría tras su paso a ABC.
En
1984 empieza su andadura como crítico en el diario MARCA de donde se retirará
al finalizar esta temporada, y donde apareció en la edición en papel hasta el
año 2018, pasando desde entonces a publicarse en la edición digital su incisiva y minimalista crónica.
Recuerda
a la crítica de los años 60 y 70, Cañabate quien aguantó prácticamente sólo el
“cordobesismo” tirando de humor, la incisiva pluma del primer Zabala, el
mediático Navalón, víctima de sí mismo, el prematuramente fallecido Carlos de
Rojas, el refuerzo que supuso Joaquín Vidal y tantos otros. No habla mucho de
la crítica actual de la que dice que está más del lado de los toreros que de
los aficionados y sentencia: “la crítica actual utiliza un vocabulario de
banderillero”
Memoria
viva de más de 60 años de toreo le encanta conversar y desplegar una cierta
socarronería, cuando se arranca diciendo que “no le gusta mucho hablar de
toros” para rematar “salvo entre buenos aficionados”, convirtiendo así en un
elogio su presentación en la Tertulia, de la que dice que celebra que no demos
ningún tipo de premio taurino, razón de ser de tantos clubs, peñas y
asociaciones.
Me
voy cuando hay otra fiesta que la que conocí, dice y lo achaca al desarraigo de
las corridas de toros de la sociedad. Nunca la afición a los toros fue
mayoritaria y a modo de ejemplo comenta que en sus estudios de periodismo en
los años 60, apenas eran dos aficionados entre los cerca de 40 alumnos, pero la
corrida de toros no tenía el actual cerco social y mediático. No se detiene
mucho su conversación en la llegada de nuevo público a la fiesta, pues es
difícil prever su asentamiento y repercusión final, aunque es un soplo de aire
fresco que ha llenado los tendidos de Sevilla y Madrid y de las ferias más importantes, quizá porque
ha visto los vaivenes del público que se han sucedido en su prolongada carrera.
Entiende
que el denostado sobre para los críticos, que era una forma de corrupción de la
opinión e información taurina, que existió hasta los años 60 cuando las
denuncias de su existencia y la aparición de la crítica independiente acabaron
con su uso sistemático, no era peor que el actual entramado de acuerdos, financiación,
opiniones coincidentes y relaciones cruzadas entre el mundillo de empresarios,
toreros, apoderados y críticos, que todo
el mundo conoce y a nadie parece asombrar.
Salen pocos toreros en la conversación. Paco
Camino, su ídolo, pues se confiesa “caminista”. Antoñete quien fue figura en
tres épocas distintas, siendo torero de cartel en los 50 cuando apareció, en
los 60 cuando su reaparición con el toro de Félix Cameno y el célebre toro
blanco de Osborne “Atrevido” y en los 80 con su asentamiento como figura de
época. César Rincón, nacido en Colombia como él, José Tomás, el último grande, también recuerda la gran corrida de El Cid
con los victorinos en la feria del 2007 en Bilbao. Elogia a Victorino Martín,
de quien dice que ha sido una suerte para la fiesta pues permitió entender la
importancia de un toro duro y encastado para la fiesta.
Un aire integrista mantuvo toda la Tertulia en la que el invitado también valoró muy positivamente el papel de la plaza de Madrid para mantener el toro y el
toreo en un ambiente de integridad y pureza, aunque lamenta que ha perdido su capacidad de
encumbrar a los toreros que triunfan en Las Ventas. El ambiente de Madrid
siempre ha sido duro pero servía para poner a funcionar a los toreros, lo que
se está perdiendo, pues las llamadas figuras repiten carteles y ferias, a pesar
de no triunfar en Madrid y a los nuevos no se les permite despegar.
Una larga trayectoria en el mundillo de las corridas de toros, manteniendo una independencia de criterio al servicio de los intereses de los aficionados, permiten lamentar la próxima pérdida de su tribuna pero celebrarle como la memoria viva de más medio siglo de fiesta de los toros.
Estupenda reseña y magnífico el contenido, me ha gustado mucho el elogio a no dar un premio, por no hablar del asunto del sobre y de como funciona el sector.
ResponderEliminarGracias Genaro. Me alegro de que te haya parecido tan interesante como nos pareció a nosotros.
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