La magnífica corrida de José Escolar en la feria de Riaza,
acabó con el indulto del último toro, Cantito-34 toreado por Juan Leal,
reclamado a gritos desde los tendidos con un gran entusiasmo. Cerraba una
corrida interesante, a cuyo quinto toro, Manchero-51 se le dio la vuelta al
ruedo después de acudir tres veces al caballo, protagonizar una encastada
salida con remates en los tableros y embestir a la muleta de Javier Cortés en
cuatro largas series de derechazos y tres de naturales, metiendo siempre la
cabeza y necesitando ir muy sometido por la muleta del matador.
El cartel oficial de las fiestas de Riaza
con la plaza de toros como protagonista
Tuvo de todo la corrida con un primer toro encastado, un
segundo complicado, el tercero sorprendentemente pastueño, un manso interesante
el cuarto, el bravo quinto al que se
premió con la vuelta al ruedo y el noble sexto que se indultó a petición
popular. Mostraron su generosidad con los toros los matadores Luis Bolívar y
Javier Cortés, cuyos cuatro toros recibieron un total de 9 varas, que es un
número muy estimable, inusual en plazas portátiles y en consonancia con las 3
corridas de esta legislatura municipal que han recibido 8, 10 y 11 varas.
Bolívar sorteó el peor lote y estuvo en la plaza solvente y decidido,
transmitiendo la tranquilidad siempre necesaria en el ruedo cuando se lidian
toros de casta y Cortés estuvo centrado tanto con el complicado segundo como
con el bravo quinto, en el que parecía que se podía haber apretado más el
acelerador, aunque quizá sus próximas actuaciones en Las Ventas le frenaran a
la hora de asumir un riesgo mayor.
Los toros de José Escolar en los corrales de Riaza.
Llegaron 5 de los 6 reseñados en Mayo.
Todo un ejemplo de seriedad
Once varas sumaron en total en la corrida con las dos de los
toros de Juan Leal, quien prefirió lucir su toreo en detrimento del lucimiento
del toro y optó por apretar a cada uno de sus toros en una única vara, en la
que sus picadores recargaron y cerraron a los toros desmereciendo su lidia. Al
pastueño tercero le toreó muy en línea sin meterse en el terreno del toro y al
noble sexto que embestía con el hocico por el suelo le recetó una faena
plenamente sacada del toreo moderno con pases cambiados, péndulos, circulares y
otros pases de la parte más vulgar del toreo y que hicieron las delicias del
público que prácticamente llenaba la plaza.
El bravo Manchador y el indultado Cantito cerraban con gran éxito
la feria, en la que se había lidiado una novillada de La Quinta interesante por
su movilidad pero con pitones muy romos, en la que destacó el novillero
Francisco de Manuel.
Torrano de la ganadería de Mª Antonia de la Serna
costeado por la Asociación El toro de los Mozos de Riaza
fue corrido, capeado y recortado por los aficionados
Gran parte del público actual reclama un protagonismo más
activo en las fiestas de los toros. El éxito creciente de los encierros y
capeas populares son una muestra. En la plaza, junto a una minoría activa en
defensa de la corrida de toros como un espectáculo íntegro, hay una mayoría que
parece cifrar su interés en la movilidad del toro sin importar su docilidad,
que no valora el riesgo derivado de la casta del toro y la dificultad de
dominarla y que cifra su satisfacción y su protagonismo en la concesión de
trofeos, considerando el indulto del toro el mayor de ellos.
Esta feria es el colofón de una legislatura en la que Riaza ha
apostado con gran éxito por la elección de ganaderías de casta para la corrida
y novillada, el respeto de la suerte de varas, la elección de toreros
emergentes y con proyección y en definitiva por la dignidad de la fiesta,
demostrando que la seriedad de la corrida de toros proporciona un gran y
entretenido espectáculo, que divierte a los vecinos y colabora en la proyección
de la imagen del pueblo.
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