Ideas claras, gran capacidad de comunicación, gusto por el
detalle, están reunidas en la conversación con Victorino Martín. Propietario de
la ganadería más importante de la segunda mitad del siglo XX, heredero del
ganadero que cambió el rumbo de la historia de los toros en los años 70 y
personaje por el que pasan los hilos del futuro de la tauromaquia en este
vaivén del cambio de milenio.
Victorino Martín en la Tertulia de Jordán
Se resiste a hacer comparaciones de su ganadería con el pasado,
pero tiene claro que este es un momento de transición donde los ganaderos están
ganando importancia frente a los toreros, lo que históricamente siempre ha
significado que el toro gane casta y trapío, frente a los momentos en los que
una figura del toreo manda en los ruedos.
Bosquimano-27, de gran trapío, ovacionado en el arrastre,
lidiado por Iván Fandiño el 9 de abril de 2017
La tauromaquia está en un momento de cambio económico y
social. Las presiones prohibicionistas, se juntan con un decaimiento de las
figuras que han dominado el panorama en los últimos años. La necesaria
renovación, también de aficionados, se junta con el auge de las tauromaquias
populares, que traen nuevos públicos y modos a la fiesta, además de ser un
balón de oxígeno para las ganaderías. Ahí se inscribe el papel de la Fundación
Toro de Lidia que preside y que busca el establecimiento de una única voz del
sector taurino ante los poderes públicos.
Transmite intensidad y conocimiento
en su conversación apasionada
La Fundación Toro de Lidia es la voz del sector taurino hacia
fuera, pero no entra en las discusiones de organización, calidad o actuaciones
gremiales de las corridas de toros, pues estos fueron motivos importantes del
final de los anteriores organismos sectoriales. Por un elemental respeto, Victorino
no entra en valoraciones de toreros, empresarios y ganaderos, tan necesarias
para establecer semejanzas y diferencias con su ganadería, lo que la distingue
y la hace singular.
Victorino Martín Andrés en 2016,
en los corrales de su finca Monteviejo
Le gusta recorrer la historia de las corridas de toros para lo
que despliega su erudición de encastes, ganaderías, compras y ventas, con las
que también ilustra la genealogía de sus otros hierros de Monteviejo y Urcola.
Monteviejo que va completando con distintas ramas de Vega Villar y Urcola que
se resiste a abandonar. Aprovecha estas interesantes historias para explicitar
su tesis de que las ganaderías se han tenido que adecuar a los cambios del
toreo y los gustos del público y que el ganadero debe estar atento a esos
cambios e ir por delante de ellos. Quizá por eso habla poco de la importancia
de su ganadería y prefiere mirar al futuro en vez de regodearse en el pasado.
Impresionante Pastelero-20, a quien Paco Ureña
realizó una faena de gran pureza y emoción
el 6 de junio de 2017 en Las Ventas
Trabajador que parece incansable, recorre la geografía
taurina, recibiendo premios, presentando festejos y ferias, organizando el día
de la Tauromaquia donde se integran las corridas de toros con los festejos
populares, y el festival de Valencia que proporcionó los ingresos para el funcionamiento
de la FTL, y todo mientras atiende a sus ganaderías junto con su hija.
Risa franca de Victorino en una conversación distendida
Firmando un recuerdo para la Tertulia de Jordán
Tiene pendiente completar el libro Victorino por Victorino,
donde cuenta la historia de la ganadería hasta el cambio de siglo, pero el
tiempo no da para más y quizá esa continuación la tenga que hacer su hija, como
él hiciera la historia de su padre. También se quedan muchos temas pendientes
en esta agradable y distendida Tertulia, que no ha podido recorrer ni una
ínfima parte de la historia, el presente y la proyección de la ganadería que ha
sido santo y seña de la casta brava en los últimos cincuenta años.
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