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QUINCE DIAS DE DIFERENCIA EN SAN ISIDRO CAMBIAN EL TRAPÍO DE UNA CORRIDA. JUAN CARLOS CARREÑO EN LA TERTULIA DE JORDÁN.

Juan Carlos Carreño es el veedor de la empresa de la plaza de toros de Madrid, salvo para las ganaderías de Sevilla, Cádiz y Huelva matiza. Responsable por tanto de embarcar muchas de las corridas que vemos en la plaza.
Juan Carlos Carreño en la Tertulia de Jordán 
el 25 de septiembre de 2017

Un oficio que conoce desde su niñez, pues lo aprendió de su padre quien ya trabajaba con los Chopera en la época del abuelo de los actuales Pablo y Oscar, y que ha vivido desde la parte de la empresa y del torero, pues a raíz de un problema grave de salud hace casi 10 años, pasó a trabajar como veedor de Morante de la Puebla, con quien ha estado hasta hace un año cuando Simón Casas, para quien había trabajado en alguna de sus plazas, le ofreció el puesto de Madrid.
Representar a Morante en el campo ha sido un placer y un orgullo, 
afirma Juan Carlos Carreño

De hablar pausado y suave, habla con sinceridad sin abandonar la discreción, lo que es de agradecer en un mundo en que es normal rodearse de palabras para decir poco o nada. Afirma estar satisfecho de su trabajo en Madrid, puesto que ha habido pocas devoluciones de toros y por tanto pocos sobreros además de pocos bailes de corrales y trasiego de camiones en los reconocimientos.
Toros en el campo antes de embarcar

Cuando se le comenta que ha bajado el trapío de los toros en Madrid, aduce la falta de toros en el campo por las reducciones que llevaron a cabo los ganaderos. El toro de Madrid es singular, no tiene que ver con el de Bilbao o Pamplona y no hay muchas ganaderías que lo tengan. La fecha de San Isidro hace que algunas ganaderías tengan más dificultades a principios de la feria, pues quince días de diferencia en el mes de mayo cambian y mejoran la conformación de los toros y por tanto el trapío, especialmente en tierras frías como Salamanca. Sobre los problemas en los días de Juan Pedro Domecq en San Isidro, que tan notables fueron, pasa de puntillas.
La labor de un veedor es escoger el toro que piensas que va a gustarle al torero,
acorde siempre en cuanto a trapío a la categoría de cada plaza

El papel del veedor de los toreros y de la empresa son o pueden ser antagónicos y Juan Carlos Carreño los ha realizado sin que consigamos entender como se resuelven los conflictos en caso de existir. Afirma no haber tenido nunca presiones como veedor de Madrid, ni como veedor de Morante, lo que sin duda habla bien de su capacidad pero nos aclara poco sobre el tumultuoso mundo de los intereses cruzados.
Toros en los corrales de Las Ventas

Afirma tener criterio de aficionado de Madrid a la hora de ver los toros y está orgulloso de ser el responsable de los toros de Ceret desde hace 30 años, por lo que recibió una medalla del Ayuntamiento de esa ciudad francesa, como reconocimiento a su labor. Lleva además la gerencia de la ganadería El Ventorrillo y ha sido apoderado de algún torero como el caso de Luis Bolívar, con lo que recorre muchos estamentos taurinos y como buen conocedor comparte la idea tan extendida entre los aficionados que los enemigos de la fiesta están dentro.
Juan Carlos Carreño firmando un recuerdo 
para la 35ª Tertulia de Jordán

El complejo mundo de la elección de las ganaderías, los toros, los conflictos entre los distintos actores, recorren la conversación que resulta distendida sin perder el interés y en la que Carreño hace notar su agradecimiento a quienes le han ayudado en los momentos difíciles de su vida.

Fotografías de Juan Carlos Carreño de Andrew Moore

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