Parece que haya que decir algo de la despedida de El Juli. Es
como una pregunta insoslayable del estilo de ¿Dónde estabas el 11S? o para los
de mi generación ¿Qué hacías el 23 F? Una especie de juego que supuestamente
define la personalidad.
Personalmente nunca me interesó El Juli, probablemente porque nunca le ví torear bien, nunca me sorprendió y siempre me pareció ayuno de elegancia, cualidad que junto al valor, entiendo imprescindible para un matador de toros.
Ví poco a El Juli de novillero, apenas una vez en la cubierta
de Leganés donde en contra de quien me afirmaba que templaba muy bien los
toros, le comenté que creía que eso era correr bien la mano, cualidad que si le
aprecié. Otra vez en El Espinar me pareció un novillero listo, lo que es más
bien un halago envenenado. No me movieron estas experiencias a quedarme en
Madrid para su novillada en solitario, que según escuché por la radio remontó
con la faena al quinto, Afanes de Alcurrucén (gran reata).
En sus años de alternativa le habré visto en una cincuentena de corridas en Madrid, pocas veces fuera, pues aunque soy asiduo de Sevilla, Pamplona y algo de Bilbao, plazas en las que El Juli ha tenido grandes triunfos, como no solía ir al abono completo y debía elegir dos o tres corridas, nunca me ha suscitado el interés para elegir las que toreaba él y siempre he encontrado otras más interesantes. Sí le ví en la despedida de Curro Vázquez en Vistalegre, pero la verdad yo tenía más sensación de pérdida por la retirada de Curro que interés en lo que hiciera el joven Juli, la opinión general es que estuvo bien. En la México coincidí en un par de ocasiones, en una de ellas salió por la puerta grande, pero mis notas hablan de faenas en las que estuvo sobrado y reiterativo o pródigo en arrimones. Poco interés en ambos casos.
Me cuesta recordar apuntes de corridas en Madrid, de las que
he escrito en más de 300 y he asistido a cerca de 1.500, en las que reseñara
algo de este matador que me suscitara el interés. La corrida de La Quinta de
2022 me pareció que Juli daba el tope de su toreo. Una faena de conocimiento y valor con un toro correoso y por tanto de poco lucimiento y una faena a un toro noble
donde la elegancia estuvo ausente. La entrega del matador suplió los defectos
formales y sus pinchazos entrado a matar por derecho evidenciaron su entrega al
julipié habitual, para rematar sus manidos triunfos en plazas de menor
exigencia o mayor conformidad.
Se encuentra uno en la vida a personas que le mejoran, que su
compañía, sus ideas, su optimismo o pesimismo promueven experiencias positivas,
agradables o enriquecedoras. Algunos lo hacen de manera altruista y otros
porque esperan obtener algo a cambio, eso al final da igual, el asunto es que
son personas que aportan felicidad o conocimiento o simple, y bendita,
diversión a quienes les rodean. En el mundo de los toros hay algo similar, pues
hay toreros que te aportan emoción, belleza, entrega, entusiasmo, que te abren
el entendimiento. Algunos tienen el don de crear emoción por su valor
desmedido, otros por su conocimiento depurado, algunos por su adorable
ingenuidad, los más elegidos por su capacidad de convocar al duende o por
atesorar la aparición del ángel, hay quienes te convocan a la felicidad y
quienes te enseñan el valor del sufrimiento y están los que aparecen una vez
tras otra delante de ti sin que provoquen ningún sentimiento noble o
mínimamente interesante.
Tengo para mí que esta última categoría, de los que están ahí
sin aportarte nada relevante es en la que debo colocar a El Juli; si esta
posición la adobamos con el convencimiento, por parte de algunos que chanelan
de esto, de que el susodicho matador tiene virtudes y capacidades que nunca hemos llegado a ver plasmadas en el redondel venteño, pero que están contadas y cantadas por
gente de total confianza, no tienes más remedio que pensar que usa una gestión de
recursos que solo le posibilita expresarse bajo situaciones de escaso riesgo o baja
presión.
Hay toreros a quienes la plaza de Madrid les impresiona sobremanera, Manzanares padre, quien debió torear más de 60 corridas en Madrid, sólo consiguió torear bien en dos ocasiones, una al principio y otra al final de su carrera, Emilio Muñoz nunca fue capaz de sobreponerse al ambiente de Las Ventas, donde tuvo toros para triunfar, Daniel Luque parece estar en una situación similar aunque le quedan oportunidades para hacerlo, la siguiente en esta misma feria. Juli ha dado la sensación estos últimos años de que Madrid era una piedra que tenía en el zapato, pero ha preferido pasarse los primeros 20 años tras su alternativa sin que aquello le ocasionara el menor problema, con su funcionarial triunfo en el año 2007 con la corrida de Victoriano del Río, gracias al célebre una oreja más una que abre la puerta grande parecía satisfecho, pues eso no le impedía influir y decidir la confección de carteles, ferias y la inclusión de ganaderías amigas.
Se va El Juli de los carteles de las corridas, seguirá en el mundillo y veremos cual es su poder e influencia a medio plazo. Se despidió en Madrid con mucho público de ocasión que acudió entusiasmado a aplaudirle en busca del acontecimiento que justifica la asistencia a cualquier espectáculo, también a las corridas de toros. Se despidió definitivamente en Sevilla, donde había abierto la Puerta del Príncipe en siete ocasiones, con una solitaria oreja en uno de los dos toros de su ganadería favorita, otro triunfo aunque menor, más instalado en la costumbre de la plaza.
Nosotros nos quedaremos con su herencia, cada cual la juzgará de acuerdo a sus criterios, él se quedará con los réditos de sus actuaciones y
nosotros con los resultados de su ejemplo.
La fiesta de los toros sigue y no creo que el futuro eche en
falta la presencia del matador de Velilla de San Antonio, si acaso echará unas
cuentas más ajustadas que las que se desprenden del ficticio éxito de su
despedida madrileña.
Fotografías de Andrew Moore
Estimado Andrés: El Juli en su despedida está dividiendo a los aficionados. Personalmente, te aplaudo el artículo y comparto tu visión negativa de este matador (de algunos toros), pero otros grandes aficionados tienen la visión contraria. Creo que tu apreciación discriminante entre "correr la mano" y "templar" aporta un excelente juicio crítico a un debate que espero que sea largo y fructífero para nuestra afición.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Hay muchas visiones en los toros, depende de lo que busque cada uno, de lo que haya visto o lo que sea capaz de apreciar, por eso hay opiniones divergentes. Creo que quien haya visto habitualmente a El Juli en las diferentes ferias de la temporada tendrá una opinión distinta de quien le haya visto casi sólo en Madrid y quien le haya visto grandes faenas al principio de su carrera y le haya mantenido la ilusión , que de quien le ha visto sólo buenas faenas en los últimos años. Hay buenos aficionados y críticos a quienes les gusta El Juli y les tengo en estima su criterio aunque no lo comparta a veces. En fin he intentado dar mis razones sin más. Gracias por interesarte
ResponderEliminarRespecto a la diferencia entre correr la mano y templar, debe haber un centenar de definiciones y opiniones acerca de lo que es el temple. En mi caso me apunto a la que dio Francisco Brines en su artículo "El arte del toreo: Razonamiento de una mirada" publicado en la revista Quites nº 5 del año 1986. Creo que es un trabajo de una gran claridad, profundidad y belleza. El poeta encuentra la definición justa, la expresividad brillante y la explicación luminosa. Te enseña y te hace soñar. Te lo recomiendo.
ResponderEliminarEl temple, siguiendo dicho trabajo, sería "acompasar la velocidad del toro según la voluntad del diestro (...) Para refrenar la natural velocidad del toro, sin por ello anular su movimiento, el diestro habrá de dificultar su carrera, forzándole a que la realice de un modo incómodo, no natural (...) para lo cual se sirve de una distinta posición de su propio cuerpo. Adelantará además de la muleta la pierna contraria, creando inmediatamente el nuevo eje la posibilidad de un recorrido mayor" F.B. Correr la mano sería acompañar la velocidad natural del toro. Un cordial saludo
ResponderEliminarEstimado Andrés: Gracias por la extensión de tu análisis. Es evidente que El Juli ha superado a sus compañeros de profesión en algo. Su muleta hacía embestir a todos los toros ( o casi) que lidiaba y los tendidos no entraban en abulia. Y te reconozco la fineza de tu crítica en que ha sido acompañando y no templando.
ResponderEliminar