La actuación del valiente Diego San Román, exponiendo su integridad ante el fiero Judío-113 de Fuente Ymbro me alienta una reflexión acerca del significado y reconocimiento del valor en los toros. Se dice y repite como un mantra que el valor es necesario, pero que el valor sin conocimiento es temeridad. San Román tuvo valor y conocimiento, se la jugó limpiamente ante su toro, le aguantó las tarascadas, afirmó sus pies, sólo abandonó su posición instantes antes de que los pitones del toro llegaran donde estuvo colocado un momento antes, presentó su muleta que el toro apartó con fiereza y no se dejó ganar la partida aunque el toro tampoco se entregó. No fue temeridad, sino valor en su más prístino sentido. Citando al toro enfrentado, "dentro de cacho" El reconocimiento del público al valor del torero es rácano. Poco más se podía hacer con ese toro y el riesgo asumido por el torero era claramente mayor que la esperanza en la gratitud del público, que sin embargo aplaude em...
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