GRAN CORRIDA DE JOSÉ ESCOLAR Y MAGNIFICA NOVILLADA DE BALTASAR
IBÁN
El plato fuerte de las fiestas de Riaza era la corrida de José
Escolar, quien llevó una corrida de gran presentación, pareja en general, tan
difícil a final de temporada, con algún toro como ArtilleroI-64, que no hubiera
desmerecido en una plaza de primera.
Artillero I-64
Una corrida de toros en un pueblo y a final de temporada,
siempre genera incógnitas acerca de su calidad, presentación y juego. Puede ser
mucho toro para una plaza portátil o curarse en salud y aprovechar para echar
los descartes de la temporada.
Alberto Aguilar con Artillero I-64
Pero la apuesta del equipo municipal y de la Peña Taurina de
Riaza resultó acertada, los toros lidiados fueron exactamente los reseñados en el mes de mayo, su presentación de gran trapío y su juego siempre mantuvo el
interés. Un gran triunfo de la afición de Riaza que defiende el toro de casta
como eje de las fiestas populares y garante de la tauromaquia, frente a los
ataques de los antitaurinos desde fuera y los intereses que la minan desde
dentro.
Alberto Lamelas toreó por la derecha a Matajacos-19
Apurar al toro en la primera vara siempre provoca una
sensación de rechazo en el público, pues no se llega a vislumbrar el interés de
la suerte de varas sino sólo un castigo excesivamente cruento, pero los cuatro
últimos toros recibieron dos puyazos cada uno, hecho casi insólito en una plaza
portátil, y que contribuyó a mejorar la imagen de la corrida.
Cortinero V-47
Alberto Aguilar siempre muy centrado con el toro, sacó lo más bello de la tarde en una serie ligada de naturales al primer toro, con gran colocación y el toro entregado tras la faena. Alberto Lamelas sorteó a Matajacos-19, el toro más noble de la corrida, aunque sólo por el pitón derecho, pues era intratable por el izquierdo, y lo entendió bien toreándole en varias series de mérito. Román tiene un toreo más ligero, de aire más fresco aunque de menor exposición, que completó una gran corrida.
Román recibiendo de capote a Coreano I-28
Gran serie de naturales de Alberto Aguilar a Mantecoso-24
Junto a la corrida de toros de José Escolar, la magnífica
novillada de Baltasar Ibán formó la columna vertebral de las fiestas de Riaza. Una novillada en homenaje al torero Víctor Barrio con muchas raíces en Riaza, donde se ha sentido especialmente su muerte. Unos novillos de gran presencia, a punto de cumplir los cuatro años y que
fueron bravos en el caballo y nobles para la muleta. Una gran novillada que
rubrica la buena temporada de la ganadería, con la que Alejandro Fermín mostró
maneras de novillero maduro sin llegar a brillar, Daniel Menes estuvo siempre atento a componer los
pases y las series con variedad aunque le falte rodaje y Carlos Ochoa mostró un
toreo reposado y por tanto bello, pero con muchos de los lugares comunes de la
tauromaquia actual.
La novillada reseñada de Baltasar Ibán
La tauromaquia se defiende con espectáculos como estos, donde brilla la casta del toro y la verdad de los toreros, todo ello enraizado en las fiestas populares.
Fotografías de Andrew Moore
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