Frascuelo, fiel a la costumbre
de la época, tenía tertulia habitual en un café, en su caso el Imperial, en la
esquina de Sol y Alcalá. Lugar con
amplias perspectivas tras la reforma de la Puerta del Sol que acabó en 1860, y
que derribó la iglesia del Buen Suceso, además de dar la forma actual a la plaza
y levantar los edificios de su parte elíptica.
El chaflán de la Puerta del Sol,
entre las calles Alcalá y Carrera de San Jerónimo
con el Café Imperial en 1892.
Tomada de Viejos cafés de Madrid
No dejaba de frecuentar otros cafés. Es célebre la comida
que en 1875, en el punto álgido de su arte, en el Café Fornos,
situado enfrente del Suizo, en la esquina de Alcalá y Peligros, Frascuelo dio al duque de Sesto, Ayala, Romero Robledo y Elduayen, todos ellos
personajes relevantes de la Restauración, las fuerzas vivas del momento, que
viene a significar una vuelta a la normalidad en el toreo después de la
convulsa situación social que va desde La Gloriosa hasta la Restauración, lo que no dejó de procurarle críticas como estas coplillas publicadas en El Imparcial: Dio pases con gran salero/ y de verás le aplaudí,/ me gusta usted más así,/ que almorzando con Romero. Fornos recogía una vieja tradición de un café en dicha esquina, pues antes hubo
uno llamado Europeo y antes aún el Café de las 4 Naciones, pero desde su
inauguración en 1870, Fornos fue lo más chic de Madrid en su época.
Cartel con Lagartijo, Frascuelo y Angel Pastor
Tomado de Todocolección
No sólo frecuentaba los cafés, también era Frascuelo asiduo
del Teatro Real, donde acudía vestido con
su traje corto con botonadura de brillantes. Con frecuencia le acompañaba el
que fue su banderillero, el posteriormente malogrado torero Angel Pastor.
La ópera y los toros eran los dos espectáculos a los que asistía más público en
el Madrid del último tercio del siglo XIX y además Frascuelo era gran amigo del
tenor Gayarre, otro ídolo de la época.
Frascuelo vestido de corto
Tomada de La Alcazaba
Los toreros vestían habitualmente de corto, como vestimenta
incluso de gala, pero tampoco desdeñaban la vestimenta de la época. F. Bleu (Félix Borrell Vidal), el gran
aficionado integrista y ameno narrador que conoció el ambiente, madrileño y
taurino, a fondo, desde la atalaya de su farmacia en la Puerta del Sol. Frascuelista declarado, comenta que en el Teatro Variedades de la calle
Magdalena de Madrid vio a
Frascuelo de levita y sombrero de copa, sin que lamentablemente quede constancia fotográfica del asunto y nos tengamos que conformar con su relato.
Muletazo de Frascuelo a favor de la querencia en toriles
en la corrida de El Gran Pensamiento
Desde la calle de Alcalá, Frascuelo se trasladó a la casa en
la Plaza de Santo Domingo 18, esquina a Jacometrezo (curioso nombre que viene de la madrileñización de Giacomo di Trezzo,
escultor italiano que Felipe II trajo a Madrid), sin duda a una casa más acorde
con la modernidad de los tiempos. En esta casa residía el 13 de noviembre de
1887 cuando la grave cogida de Peluquero de
Antonio Hernández en la corrida de El Gran Pensamiento.
Frascuelo perfilándose para matar a Peluquero,
después de recibir la grave cornada de este toro
Fotografía reproducida en la revista Sol y Sombra años después de la corrida.
Tomada de La fiesta prohibida
La cogida que ocurrió
tras lo que ya era una larga carrera de matador de toros, le quitó facultades y
como dijo en la enfermería tras la cornada: “Los toros dan esto porque no pueden dar otra cosa. Si
dieran caramelos daría gusto torear, y para evitarlo no hay más que huir o
cortarse la coleta.”
Portada de la edición de 1887 de
Lagartijo y Frascuelo y su tiempo
Como no fue torero de huir, el 12 de mayo de 1890 se cortó la
coleta tras matar al toro Regalón de la ganadería del Duque de Veragua en Madrid, ceremonia que Antonio Peña y Goñi relata con gran
sentimiento, tras pasar la tarde en casa del diestro acompañando a la familia,
en lugar de acudir a la plaza.
Féretro de Frascuelo que fue enterrado por
El Chano, Baulero, El Moños, Jeromo, Pajarero y Tres Calés
en la sacramental de San Isidro
Tras su retirada de los ruedos, Frascuelo se fue a vivir a Torrelodones a la Finca Monte El Gasco, y montó un negocio de hostelería. Estando en unas labores camperas que se celebraban en Soto Gutiérrez, Frascuelo contrajo una grave pulmonía por la que le trasladaron a Madrid, a casa de una de sus hijas, en la calle Arenal, donde falleció el 8 de marzo de 1898. Una placa de mármol en la fachada de la casa le recuerda.
Tumba de Frascuelo
Cortesía de Juan Salazar
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