Tal día como hoy, hace 36 años, participé en una reunión en Valencia de coordinación de la revista libertaria Bicicleta, de tendencia anarquista y precoz defensora del ecologismo político. Tras la reunión, tres de los editores de la misma: Emanuel Lizcano, Antonio Albiñana y yo mismo, nos fuimos a los toros a ver la alternativa de Emilio Muñoz.
La cuadrilla de Emilio Muñoz el día de su alternativa:
Juan de Triana, Rafael Sobrino,
Juan de Triana, Rafael Sobrino,
Curro Reyes, Manuel Carrasco y Manuel Luque.
Cortesía de Antonio Pineda Valdecantos.
36 años después, sigo yendo a los toros y me encuentro en rehabilitación de mi hombro roto por unos defensores de los derechos de los animales, que han sustituido en la labor a las tradicionales solteronas británicas y demás histéricas nacionales, añadiendo de su parte la violencia, pero con el mismo entusiasmo en defensa de los animales, especialmente de compañía, a los que les sacan más cariño de los que dan a las personas.
Portadas de números extras de la revista Bicicleta
Tomada de Grupotortuga
Siempre ha habido en el movimiento ecologista gente blandita que entendía que lo primordial era el cariño a los animales, sin entender que los problemas del medio ambiente son derivados de la organización social y por tanto de la organización política y no del voluntarismo animal. Lo nuevo es que estos antiguos blanditos ahora utilizan la defensa de los derechos de los animales como bandera de agitación política, que sustituye en no pocos casos a un análisis político y social.
Y estos desnortados, la han tomado con los toros. Pues vaya plan.
Son la peor calaña que hay estos animalistas/veganos/especistas que pululan ahora. Y unos desnortados como tu bien dices.
ResponderEliminarYa lo decía Hemingway: "Creo, por mi propia experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, los amigos profesionales de los perros y de otros animales, son capaces de mayor crueldad para con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con los animales.” Y no iba desencaminado.
Un abrazo, Pedro.
Hemingway lo clava. Y eso que en la época que escribía los amigos de los animales eran esas solteronas amables y siempre dispuestas a preparar una tarta de frutas para las fiestas de sus vecinos. Gracias Vazqueño
ResponderEliminarAnimo y como decimos en Aragón, NO REBLES (no te rindas) Andrés
ResponderEliminarAcierta Pedro en la descripción de estos fanáticos , que además del odio a sus congéneres que piensan distinto, tienen un total desconocimiento de cúal es el modo ético de relacionarse con los animales, que no es otro que el de respetar su naturaleza. No es bien tratar a un perro tenerlo encerrado en un piso y vestirlo con jerséis ni lo es impedir que se lidie un toro de lidia.
Aquí os enlazo un artículo, en mi opinión, fantástico y muy ilustrativo de esta generación de urbanitas animalistas
http://cronicalaroda.es/2015/02/26/el-chiquillo-y-la-matanza/
Un abrazo
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ResponderEliminarEn esta lección de vida el chiquillo aprendería a mirar con ojos nuevos las bandejas de plástico de carne del Mercadona y el plato de filetes de lomo que pone la madre al centro de la mesa
ResponderEliminarMuchas gracias José Antonio. Raros tiempos son estos en los que se debe defender lo evidente, pero lo de los pretendidos amigos de los animales, efectivamente, es una locura.
ResponderEliminarQue gran razón tenéis en vuestros comentarios; la ignorancia el odio hacia los demás tiene un fondo de maldad y locura...
ResponderEliminarSiento no estar en onda, soy alergica a esta polemica (y pacificamente opuesta al festejo), pero me ha provocado un subidon de melancolia ver las portadas de Bicicleta.
ResponderEliminar(...y ya disculpareis la ortografia, soy la novata usuaria de un IPad)
Procuremos conocer o por lo menos ser conscientes de lo que ignoramos para no caer en el odio, como bien dices Juanito.
ResponderEliminarDe repente querida Mercedes, me dio a mi también un viaje en el tiempo y un ataque de melancolía, cuando leí que hacía 36 años de la alternativa de este torero y me acordé de que habíamos estado allí y aprovechamos para ir a los toros. Decía Gil de Biedma en un poema hablando de la pérdida de la juventud algo así como: "Ahora que de todo hace más de veinte años" y de repente me di cuenta de que me había asaltado un recuerdo de hace 36 años. Parece que eso es la vida, el único consuelo es haberla vivido en paz con uno mismo y en busca de la felicidad, que sólo puede aparecer en la libertad. Un beso
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