“Filosofía de las corridas de toros” es un texto fundamental
para entender y defender la corrida de toros, así como el divulgado “50 razones
para defender la corrida de toros”, su autor Francis Wolff, catedrático de
Filosofía en la École Normal Supérieure de Paris, expuso en la Tertulia de
Jordán sus líneas principales con argumentos sencillos de expresión y complejos
de contenidos.
Francis Wolff en la Tertulia de Jordán
Distingue entre Tauromaquia, concepto global que se dio en
muchos países del Mediterráneo, y corrida de toros, que constituye una de sus
expresiones. Esta modalidad nació en España y se extendió a otros países, que
la han enriquecido con sus aportaciones.
Pese a su larga tradición, las corridas de toros son un
espectáculo moderno. Rebosan de argumentos para su defensa, pero el problema es
de imagen, de la necesidad de conseguir que los argumentos salgan del círculo
de los aficionados a los toros y lleguen a la sociedad. Distingue Francis Wolff
entre ecologistas y animalistas y estima que los aficionados coinciden con los
ecologistas como defensores de los ecosistemas, del equilibrio de las especies
y la defensa de las especies amenazadas, mientras que se enfrentan con los
animalistas preocupados por el bien o el mal que se hace a cada animal
individual. Comenta que está creciendo una tendencia, que llama anti-especie,
que valora que se debe defender la vida en cada animal, sea cual sea su
condición o utilidad para el hombre. Sin tener en cuenta los distintos
contratos que ha firmado el hombre con los animales: mascotas, domésticos o
salvajes. El toro estaría en una posición difícil de definir entre los
domésticos y salvajes.
La emoción marca la singularidad de la corrida de toros, el combate entre la bravura del toro y el poder sereno de la inteligencia del torero.
Francis Wolff
No sólo la defensa de la corrida de toros ocupa su labor, la ética del torero, una ética del ser y no del acto, el concepto del toreo como una fusión de ética, técnica y estética. La definición del arte en el toreo, no en las corridas de toros, matiza, sino en el quehacer del torero, que crea un arte contemporáneo con cánones clásicos, pone la discusión en el concepto del arte y no en la adecuación del toreo al mismo, son algunos de los temas que salieron en la tertulia.
Todo ello aderezado con humor, el mismo que rebosa en el
prólogo a su libro escrito como un presunto diálogo de Sócrates con sus
discípulos acerca de la corrida de toros. Esa presunta transcripción de un
diálogo socrático, se compadece bien con el aspecto físico de Francis Wolff,
que recuerda al que conocemos de Platón, cuerpo poderoso, de anchas espaldas y
amante de los placeres de la mesa.
Francis Wolff, Rafael Cabrera y Pepe Carlos Fernández-Villaverde
Parisino, llegó a los toros de casualidad y por curiosidad, en
unas vacaciones de juventud, y mantiene desde entonces, hace ya más de 40 años,
su abono en Nîmes. Su dedicación al estudio de las corridas de toros es sólo
una pequeña parte de su trabajo y opina que se debe volcar el prestigio
adquirido en la profesión en la defensa de las corridas de toros y no adquirir
prestigio en la defensa de las mismas. En la actualidad, está inmerso en un
proyecto para mostrar al gran público el porqué de las corridas de toros.
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