1.2 La Palma
(Cont.)
La isla de La Palma se ha
dedicado históricamente a la agricultura de exportación entre la que destaca el
plátano, también el aguacate y anteriormente la cochinilla para tintes. Las
economías agrarias requieren de mano de obra estacional y proporcionan escasas
oportunidades para alcanzar un buen nivel de vida, por lo que están abiertas a
la emigración, como válvula de escape para sus ciudadanos. José Mata siguió la
ruta clásica, primero fue a la capital de la isla, gracias a la relación con el
abogado Luis Coviella quien fue su mentor. En Santa Cruz de La Palma jugó al
fútbol en las categorías inferiores del Mensajero, tradicional club de fútbol
de la isla, para posteriormente dar el salto a Venezuela.
Plantaciones de plátanos en La Palma
El hablar pausado y suave,
hermana casi tanto como la insistente inmigración a palmeros y venezolanos.
Pocas son las familias de la isla que no tienen alguien que emigró a Venezuela
antes de los años setenta.
En Venezuela, donde fue a
trabajar en el restaurante que tenía su hermano Alejandro en el barrio de
Quinta Crespo, cerca del mercado, encontró sus dos aficiones, el cine y los
toros. Algo le debía rondar a Mata con los toros pues su primo Andrés García
Mata cuenta que en ocasión de sus juegos infantiles descubrió a José toreando
frente a un toro imaginario con el saco de recoger las papas a modo de
improvisado capote en un campo de Las Tricias. De donde le viniera al Pepe Mata
de 10 años el simple conocimiento de la existencia del toreo, es algo que su
primo desconoce aunque en la isla de La Palma se han datado una corrida de
novillos para aficionados locales en 1914 y hay el recuerdo no constatado de
otra en los años 40 en el campo de fútbol de Bajamar en Breña Alta cerca de
Santa Cruz de la Palma; quizá las noticias de esta ignota corrida que causó
gran revuelo en Santa Cruz al pasear los toreros en coche descapotable por las
calles de la ciudad o tal vez, unas lejanas imágenes de algún NODO visto con
ocasión de una fugaz visita a la ciudad, fueran el origen de tan singular
acción.
Simultaneando en Caracas su
trabajo con sus estudios de Arte dramático, presenció su primera corrida en
1955 tras lo que empezó su vocación. Se matriculó en la escuela que tenía en la
capital el torero Eleazar Sananes “Rubito”, el primer torero venezolano que
confirmó su alternativa en Madrid, lo que tuvo lugar el 17 de mayo de 1922, en
la plaza de la carretera de Aragón en la Corrida de Beneficencia, sustituyendo
al lesionado diestro Manuel García López “Maera”, siendo su padrino Julián Saiz
“Saleri II”, actuando como testigos Juan Anlló “Nacional II” y Marcial Lalanda,
lidiando toros de la ganadería de Gamero Cívico.
Eleazar Sananes "Rubito" fotografiado por Calvache
Tomada de Genealogías taurinas
Según cuenta en el diario Lanza,
en las páginas dedicadas a la muerte de José Mata, su amigo el matador
venezolano Tomás Parra, dice que se presentó en los viernes taurinos de
Caracas, unas novilladas de la oportunidad del año 1956, aunque puede que
su debut en la plaza
Nuevo Circo de Caracas fuera en el año 57 donde ganó el trofeo Revelación y
antes toreó en
Guarenas matando dos novillos criollos, probablemente un 21 de noviembre de 1956,
fiesta de gran tradición taurina en esta localidad del estado de Miranda. En
Venezuela parece que toreó hasta diez festivales antes de volver a España en el
58 tras su gran vocación de ser torero.
Plaza de toros Nuevo Circo de Caracas
Sabido es que la afición a
los toros se despierta en algunos casos como una chispa que prende y arrasa en
un escenario virgen, sin que se sepa claramente el motivo, quizá el espectáculo
del hombre que burla la muerte despierta impulsos como la identificación con el
héroe que puede a la fiera o se refiere a valores universales como la
superioridad de la astucia humana frente a la fuerza de la naturaleza que se
representa en el mito del Minotauro o mejor en la historia de David y Goliat y
la instintiva admiración por el débil que no se arredra frente a la fuerza. Más
difícil parece que esa afición se despierte para llamarte a torear, casi sólo
en algunos muy valientes o muy románticos. Muy decididos también, pues hay que
disponer de una fuerte personalidad para llegar a la península, entrar en el
mundo de los toros y buscarse un hueco en la profesión. Quizá también además de
valientes, románticos y decididos deben ser muy inquietos. Todo ello debía
serlo José Mata quien acometió diversas actividades desde el fútbol a la
música, desde el cine a los toros.
José Mata y
“El Cordobés”
en el cartel de la película Chantaje a un torero
1.3 Los toros en Canarias
Las islas Canarias, como es sabido, no han tenido gran
tradición taurina. Algo más en Tenerife que ha tenido varias plazas de toros.
La primera de ellas en La Laguna se construyó en 1889 con la intención de
importar la corrida de toros a las islas, poco duró la experiencia pues pocos
años más tarde, en 1894, se levantaría una gran plaza de fábrica en la capital,
Santa Cruz de Tenerife, que aún existe, aunque hace más de 30 años que no se
dan festejos taurinos. En la provincia de Gran Canaria la primera plaza de
fábrica se construyó en 1970, en el municipio de Telde, junto al aeropuerto de
la isla. Esta plaza de dimensiones casi monumentales pues podía albergar a más
de 14.000 espectadores y estaba proyectada para poder ser ampliada tuvo una
corta vida, pues dejó de dar espectáculos en 1975, quedando abandonada hasta su
demolición en la década de los 90. A pesar de contar con estas plazas de toros,
así como numerosas otras plazas de corta duración o escasa relevancia, la
corrida de toros no alcanzó gran implantación. José Méndez Santamaría, quien ha
realizado una biografía completa sobre José Mata y ha mantenido el recuerdo del
torero mediante actos, exposiciones y artículos de prensa hasta ahora mismo,
tiene recopilada mucha e interesante información sobre la historia de los toros
en Tenerife. Pero la lista de sus matadores de toros es corta, empieza con
Pedrucho de Canarias, de nombre Avelino Rivero, quien tomó la alternativa en
1953 en Santa Cruz de Tenerife, aunque no llegó a confirmarla en Madrid y acaba
con José Mata quien fue torero asiduo de Madrid, donde llegó a rozar la gloria
antes de su mortal cogida.
Avelino Rivero "Pedrucho de Canarias"
y
la plaza de Santa Cruz un día de corrida
Tras su primer aprendizaje taurino, José Mata volvió a España
desde Venezuela para iniciar su carrera en los ruedos a los 21 años, una edad
que siendo temprana para tantas cosas resulta un poco tardía para ser torero. Hizo su presentación con traje de luces en
Arévalo (Ávila) el 8 de junio de 1959. Se enroló en la parte seria del
espectáculo cómico taurino “Fantasías en el ruedo”, donde quizá conoció al que
sería peón y persona de confianza suya, Román Encinas quien en el año 63 seguía
en dicho espectáculo cómico-taurino.
Cartel del espectáculo Fantasias en el ruedo
donde aparece anunciado José Mata.
Cortesía de José Méndez Santamaría
Además Mata llegó a torear treinta
novilladas económicas, como se conoce a las novilladas sin picadores. Curiosamente
en una de ellas en Andorra (Teruel) coincidió con el novillero tinerfeño Manuel Rivero “Manolete II”.
El 24 de julio de 1960 en la plaza de Orduña, es su primera
corrida con picadores.
A partir de aquí ya ha dejado de ser un aspirante, para ser un
novillero que tendrá un nombre propio, que se anunciará en plazas diversas y se
deberá forjar su carrera.
(Cont.)
Estupendo trabajo sobre José Mata y los toros en Canarias.
ResponderEliminarEnhorabuena
Estoy repasando el blog y veo otro comentario suyo. Muchas gracias por su interés
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