La
feria del toro chico, la feria del toro de saldo, la feria del toro de
vergüenza, pueden elegir el adjetivo.
El novillote 4º, de procedencia Aldeanueva
anunciado como de encaste Atanasio-Lisardo
Con
el cuento de que en Madrid gusta el toro grande y que ese toro no embiste, para
cambiar la tendencia nos están metiendo toro chico y sin trapío. El viernes
tres anovillados (2º, 5º y 6º), el sábado dos impresentables (5º y 6º), el
domingo con los insufribles Valdefresnos, que se siguen anunciando como
atanasios y la mitad son de procedencia Aldeanueva, salió un 3º chico, que se
devolvió por invalidez manifiesta, un 4º anovillado y un 5º, que fue devuelto
por rotura de una mano, para plaza de tercera. Los sobreros de ganaderías
ignotas, procedencia discutible y casta amoruchada deben ser los toros más
baratos que se encuentran por las dehesas. Y esto no ha hecho más que empezar.
Morenito de Aranda
Con
el descastado sobrero de El Risco (toma ya, ganadería para Madrid), tan
impresionante de pitones como bovino de comportamiento, Morenito de Aranda
demostró que tiene las ideas claras para componer con gusto por pocas y malas
que sean las intenciones del animal. Eugenio de Mora está en un momento de
espléndida madurez y supera con buen trazo y colocación la tendencia a un toreo
más vulgar y demagógico.
Eugenio de Mora
Las
bondades de la actuación de los toreros no pueden tapar la presentación del
ganado, impropia de una plaza que se precia de gustar del toro con trapío, al
que se va sustituyendo por un toro chico, anovillado en muchas ocasiones, rebuscado
entre los saldos de las dehesas y más propio de una feria de segundo o tercer
nivel que de la plaza de Madrid, cuya importancia se debe medir por la presencia
y calidad de los toros que saltan a la arena.
Publicado en www.opinionytoros.com
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