Macetero vino a salvar con su fiereza una plúmbea corrida de Cuadri. Una
corrida mal planteada, como tantas en esta feria, que parecía concebida como
una corrida de la oportunidad ambientada por Castaño y su famosa cuadrilla.
David Adalid
La fiereza del toro es la salvación de la fiesta, mal que les pese a
muchos. Da importancia al valor del torero, añade la imprescindible emoción por
cuanto se ve la incertidumbre del resultado, demuestra la importancia de la
técnica para salir con bien del enfrentamiento y marca el espacio donde se
podrá desarrollar la fiesta del siglo XXI.
José Carlos Venegas aguantando la embestida de Macetero
Claro que la fiereza no es fácil de dominar y si no que se lo pregunten al valiente
e inexperto José Carlos Venegas, quien añadió a la natural dificultad del toro,
la mala lidia y el espantoso tercio de varas que es para descalificar al
picador Santiago Rosales. Crudo el toro, por mal picado, Venegas se vio
desbordado por la incansable repetición de la embestida que no era capaz no ya
de dominar sino de vaciar adecuadamente. Sufrió una espeluznante cogida donde
Macetero se lo pasó de pitón a pitón para acabar tirándolo al aire, de la que
salió seriamente conmocionado, pero volvió a la cara del toro sin arredrarse, hasta
dar honrosa muerte al animal.
Tremenda cogida de Venegas, sin cornada
Antes habíamos tenido sosería, nobleza y descaste, expresados de cinco maneras
distintas pero todas carentes de emoción, justo lo contrario de lo que se espera
de una corrida de Cuadri, en la que brillaron los banderilleros, con grandes
pares de todas las cuadrillas y dieron una fea nota los picadores.
El futuro de la fiesta no está en la embestida noble, mecánicamente repetidora
y carente de emoción que nos intentan imponer, sino en el enfrentamiento del
torero con la fiereza del animal bravo, cuyo dominio es la mejor expresión de la
belleza singular de la tauromaquia.
Publicado en http://www.opinionytoros.com/noticias.php?Id=47176
Hermosa la palabra emoción
ResponderEliminarGracias Unknown
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