Para Mariano Calvini, quien me envió sorprendido la foto de Gonzalo Caballero.
El paseíllo de Gonzalo Caballero en Las Ventas llevando en el capote de paseo el escudo del Atlético de Madrid, dos días después de jugar y perder la final de la Copa de Europa o Liga de Campeones es un acontecimiento que trasciende a la propia actuación del novillero, por otra parte poco reseñable.
El paseíllo de Gonzalo Caballero en Las Ventas llevando en el capote de paseo el escudo del Atlético de Madrid, dos días después de jugar y perder la final de la Copa de Europa o Liga de Campeones es un acontecimiento que trasciende a la propia actuación del novillero, por otra parte poco reseñable.
Gonzalo Caballero haciendo el paseillo en Las Ventas el 26 de mayo de 2014
Tomada de El Mundo
La lectura fácil de la moral del
perdedor, tan cara al Atlético de Madrid, del orgullo del marginado o
perteneciente a una minoría, que tantas alegrías y, a la vez, tantos estragos
causa o incluso del crecerse ante la adversidad, fuente de tanto heroísmo y
tanto sacrificio inútil, no agota el interés del asunto.
Diego Silveti quien acostumbra salir de la plaza envuelto en su capote de paseo
con la imagen de la Virgen de Guadalupe
Tomada de Larga cambiada
Más curiosa es la sustitución de
la imaginería religiosa por otra, ya no laica sino absolutamente civil. En una
sociedad donde a lo religioso le cuesta mantenerse en el ámbito de lo privado y
está acostumbrado a trascender a la vida diaria, so pretexto de la tradición o
del más mostrenco, siempre ha sido así, sin detenerse a la veracidad de ello,
sustituir, en un capote de paseo la imagen religiosa tan habitual de vírgenes o
cristos, no ya por un bello dibujo, sino por un escudo de un equipo de fútbol,
plantea la sustitución de la religión
como fuente de la imaginería popular, que ya ha dejado de ser cierto, por una
actividad social y un espectáculo masivo absolutamente extraño.
Puglia, Italia. Sábado santo año 2000
Foto de Cristina Gª Rodero tomada de Entre el caos y el orden
Acostumbrada la religión a
establecerse como fuente de costumbres
populares, en actividades que, algunas veces, si nos las cuentan realizadas por
los chiitas nos parecen aberraciones y si las vemos en un pueblo, estimamos que
pertenecen al rico acervo popular hispano, verse sustituida en imaginería por
el fútbol, es un gran choque.
Aficionados del Liverpool
Pues sí. Como dijo alguien, todo degenera. Y el mundo de los toros no iba a ser una excepción: toreros que se besan, toreros maniquíes de moda... y, ahora, la Virgen de la Paloma sustituida por el escudo de un equipo de fútbol.
ResponderEliminarEstá bien: hay que comprender que este deporte necesita promoción, el pobrecillo.
En fin, cosas de la posmodernidad. Los nuevos héroes son esos muchachos que se esfuerzan en perseguir el balón entre escupitajo y escupitajo entre el griterío de una muchedumbre culta y educada.
Por supuesto que, gracias a los medios de comunicación de muchedumbres, se ha convertido en una nueva religión (¿también en el opio del pueblo?).
Lo triste es que los que deberían ser los héroes de verdad participen en el circo que se ha montado en torno al fútbol, se carguen el ritual y se olviden de ser TOREROS.
Un saludo.
Gracias por tu comentario Lorenzo, que me hace ver que no soy al único que no le gusta el fútbol
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