Pretender revisar el toreo de Antoñete, y el de todos, a través de videos y compararlo con el toreo actual lleva a una ejercicio de distorsión inevitable. En su mejor sentido, el toreo es un arte efímero que difícilmente cabe en el registro de un vídeo debido a sus condiciones de inmediatez, singularidad, a la coherencia de la lidia entera y no de parte de sus resultados, a la característica del animal y a la influencia del entorno en el que se realiza. La manera de torear varía en el tiempo debido a los cambios en la bravura y a la distinta valoración de los públicos y aficionados de la importancia de la lidia. Por ejemplo al toreo de Antoñete de le achaca actualmente no tener finales, pero el toro de los años 80, que de ese toreo de Antoñete estamos hablando, era un toro de embestida mucho más corta que el actual. Lo importante de Antoñete era ese aura difusa que difícilmente se puede definir, que en la organización social se llama "carisma" y en el toreo se conoce como ...