Isabel Lipperheide mantiene una gran herencia taurina, la de su madre Dolores Aguirre a quien acompañó desde la compra de su ganadería y que dirige desde su fallecimiento en 2013. Una ganadería singular por su origen, Atanasio y Conde de la Corte, por su comportamiento encastado y duro y por la valoración de muchos aficionados deseosos de verla en plazas de importancia. Habitual en Madrid, Pamplona, Bilbao y las plazas toristas francesas, este año está anunciada en Ceret y Bilbao. Una ganadería mediana que tiene 180 vacas lo que le da para lidiar poco más de 50 machos de diferentes edades cada año, antes de la pandemia, claro. Isabel Lipperheide en la Tertulia de Jordán Tiene la ganadera una mirada inquieta en un semblante amable en el que predomina la atención, incluso la reflexión, que no se ve perturbada por sus movimientos pues apenas gesticula al hablar. Sabe lo que quiere de su ganadería y lo busca sin componendas: Toros duros, que embistan sin plegarse a la colaboración y...