Ir al contenido principal

EL GRIFO DE LOS DISPARATES

Ferrera tiene sentido del espectáculo, también del taurino, y alterna el fuego de artificio intrascendente y demagógico, con el espectáculo taurino interesante y novedoso.

En la insípida corrida de Victorino el sábado 30 de abril en Sevilla, le tocó el toro que se movía. No eran propiamente embestidas bravas, sino desplazamientos de pajuna nobleza. Sintiose a gusto Ferrera y lejos de ahondar en el espectáculo taurino se deslizó por la falta de respeto a su profesión, a la plaza de toros e incluso al público, si bien este lo admitió de buena gana y lo jaleó con entusiasmo.

Abrió el grifo de los disparates con el brindis a un famoso futbolista, propagandista de los toros a quien sin saber muy bien el motivo, le animó e incluso forzó, a que saliera al rueda a recibir el brindis, sin que se vea la razón, más allá de faltar al respeto a la costumbre asentada y razonable, de que el ruedo, mientras está el toro sólo lo pisan los toreros o auxiliares. Lo peor no fue esa irreverencia irrespetuosa del torero, sino que no hubiera ni la sombra de una protesta en los tendidos.

Abierto el grifo de los disparates siguieron los vivas, que tanto abundan en las plazas de toros, en esta ocasión dedicados a Extremadura y España, gritos desprovistos de sentido y abundantemente coreados por los asistentes. La cosa siguió con una faena insulsa,  con Ferrera arqueado haciendo la V con la muleta, toreando con pases sin remate, suficientemente alejados del torero, que entre medias dejó algún pase despacioso, faena que fue rápidamente subrayada por la banda, colaborando en el descrédito de la plaza y la afición, ausente o ayuna de seriedad y respeto.

La peculiar estocada con la espada montada a diez metros del toro fue recibida con alborozo que provocó la petición de dos orejas. Para rematar el cuadro el puntillero de su cuadrilla cortó las orejas del toro de las que entregó una al matador sin que se supiera dónde estaban los alguacilillos, ni el motivo de la prisa de matador y cuadrilla para cortar la oreja, al estilo de los pueblos, para presionar al presidente con los gritos de los asistentes.

No le veo la culpa al futbolista que bastante hace con defender los toros, y que ya el día anterior había recibido un brindis de Diego Urdiales, pero ni entiendo el interés del matador, ni la falta de respeto a la liturgia de la corrida de toros, ni que la afición se desentienda de tales aspectos, ya que parece que el matador tiene la cabeza en otros temas.

El disparate del sábado tapó los comentarios de la pasmosa actuación de corte gallista que Morante regaló en su primer toro del día anterior. Una faena que, canónicamente, estuvo dispuesta en función de las condiciones del toro y que a su adecuada formulación se unió la inspiración del toreo antiguo. Revertina, según definen los que chanelan de esto, con el capote a una mano, el más habitual galleo al paso para poner el toro en suerte, la airosa verónica de manos altas, tan adecuada a las menguadas fuerzas del toro, el molinete gallista, más abierto que el habitual belmontino, el natural con remate arriba y marcando el giro amplio, el adorno para continuar la suerte y no solo para acabarla, en fin un repertorio de gran estética, de inusual concreción y de oportuna adecuación, que fue recibida por la afición con una frialdad que indica tanto desconocimiento como falta de sensibilidad.

De la pandemia decían que saldríamos mejores, por ahora lo que hemos salido es con más gusto por el disparate, más desprecio por la liturgia y menos criterio estético. Y esto, en Sevilla!!!

Comentarios

  1. El problema de la crónica es que tu lo ves desde tu criterio y también es tan respetable el de la gente que le dio su apoyo, no entiendo porque se tiene que criticar las cosas nuevas que se hacen siempre con toreria y seguramente sin ánimo de ofender a nadie. No estoy de acuerdo con tú crónica pero la respeto

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto, Marcelino Navarro, que lo veo desde mi criterio ¿desde cual si no? Pero me parece sorprendente que, dejando aparte la calidad de su toreo, muy discutible esa tarde especialmente en el quinto toro (el de la discordia), te parezca que sacar al ruedo para brindar a un paisano sea una cuestión de torería y que cortar por el subalterno las orejas del toro y entregarlas sin esperar al alguacilillo sea una cosa nueva y torera. Más sorprendente aún es que exactamente eso fue lo que le pareció a la mayoría de los asistentes a la Maestranza, que es realmente el objeto de mi comentario. Gracias por respetar mi crónica, pero perrmíteme que añada: Faltaría más

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

YO FUI A LA ALTERNATIVA DE RUBÉN SANZ

Por el mundo algo atrabiliario de Twitter (X) se mueve la figura de Rubén Sanz, torero soriano que participará en la última corrida de clasificación de la Copa Chenel. Su imagen es inusual, la de un torero con fieles seguidores y escaso bagaje, pues difícilmente sumará una veintena de corridas en sus quince años de alternativa, la gran mayoría en tierras sorianas. Me confieso uno de sus fieles seguidores, fascinado desde hace años por su decisión de ser torero, que pasa por encima de numerosas dificultades entre las cuales no ha sido menor su reducida técnica taurina. A través de los amigos de Soria, ciudad con la que mantengo una vital  relación sentimental, en la que se mezclan las experiencias mejores y peores como es imprescindible para que sea una relación sentida, conocí la peripecia de Rubén como novillero, quien tras pasar por la efímera escuela taurina soriana que dirigió el gran José Luis Palomar, fue juntando morosamente el número mínimo de novilladas con picadores neces

LA FÁBRICA DE REDECILLAS. ISABEL LIPPERHEIDE EN LA TERTULIA DE JORDÁN

Isabel Lipperheide mantiene una gran herencia taurina, la de su madre Dolores Aguirre a quien acompañó desde la compra de su ganadería y que dirige desde su fallecimiento en 2013. Una ganadería singular por su origen, Atanasio y Conde de la Corte, por su comportamiento encastado y duro y por la valoración de muchos aficionados deseosos de verla en plazas de importancia. Habitual en Madrid, Pamplona, Bilbao y las plazas toristas francesas, este año está anunciada en Ceret y Bilbao. Una ganadería mediana que tiene 180 vacas lo que le da para lidiar poco más de 50 machos de diferentes edades cada año, antes de la pandemia, claro.  Isabel Lipperheide en la Tertulia de Jordán Tiene la ganadera una mirada inquieta en un semblante amable en el que predomina la atención, incluso la reflexión, que no se ve perturbada por sus movimientos pues apenas gesticula al hablar. Sabe lo que quiere de su ganadería y lo busca sin componendas: Toros duros, que embistan sin plegarse a la colaboración y que

LA DESPEDIDA DE ENRIQUE PONCE

La despedida de Enrique Ponce en Madrid me pone delante 36 años de mi vida. Desde su presentación como novillero prodigio, he transitado todos estos años viéndole en el ruedo, quizá engañándome con la idea de que yo era el mismo que asistió a su presentación madrileña, un hombre de poco más de treinta años, con diez años de abono a sus espaldas, que gustaba de la sorpresa y la novedad. Vienen a mi memoria momentos que me sorprendieron y encantaron. La gran revelación de Ponce para muchos fue con Lironcito de Valdefresno en la feria del 96, pero antes tengo reseñados en mis columnas en DIARIO 16 grandes faenas a Bailador (vaya nombrecito) de Puerto de San Lorenzo en 1993, Tramposo de Sepúlveda en 1994, Zaragozano de Samuel Flores el mismo 1996 unos días antes de Lironcito. No era una sorpresa caída de la nada lo de Lironcito, pero si fue la causa de una opinión que ha recorrido todos los comentarios de aficionados acerca de Ponce: “Nos gusta más con los toros malos” pues no se le esca