La suerte de varas es la piedra de toque de la corrida de toros, su
existencia marca la diferencia entre un espectáculo de enfrentamiento entre el
torero y el toro bravo o de encuentro y colaboración entre un animal dócil y un
profesional del espectáculo.
Gabin Rehabí, el gran y mediático picador francés
picando a Viejetiño-5 de Saltillo
El mantenimiento de la suerte de varas implica la subsistencia del toro
bravo. Por eso es tan importante darle la importancia que merece y en Ceret
llevan años defendiéndola. La teoría es muy fácil, poner al animal en suerte,
recibirle con la vara sin dejarle estrellarse antes en el peto, no rectificar
lo que obliga a picar en su sitio y no recargar ni barrenar, de manera que el
toro pueda volver al caballo cuantas veces necesite para quedar picado. La
práctica es otra cosa, y en Ceret se incentiva con diferentes premios a los
picadores y con la aquiescencia de los matadores contratados.
Alberto Aguilar con Lechuzito-37 de Saltillo
Alberto Aguliar brinda la muerte de Horquito-1
a su criador José Joaquín Moreno Silva
La corrida de Saltillo era el plato fuerte del abono y no defraudó. Salió
una corrida seria, que acudió hasta veinte veces al caballo y con la que
Alberto Aguilar que está en un buen momento, demostró poder y saber torear,
Robleño se mostró como el torero maduro que es, muy capaz ante los toros de
casta aunque no tenga la chispa de otras temporadas y Venegas mostró su
progresión e interés delante de su lote. La corrida de Moreno Silva se pareció
a la de septiembre en Madrid que se llevó tantos premios, más que a la tan
nombrada de San Isidro. Una corrida seria y con interés para los aficionados.
Fernando Robleño con Beato-29 de Saltillo
Juan Carlos Sánchez de la cuadrilla de Alberto Aguilar
picando a Horquito-1 de Saltillo
Interesante, aunque no impresionante, la novillada de Vinhas, con dos
primeros toros que arrearon mucho en los caballos y parecían anunciar una
espectacular novillada, pero el resto fueron, lo que no es poco, unos novillos
serios de Santa Coloma. La novillada no se pudo apreciar en todo su interés,
debido a la inexperiencia de los novilleros, uno de los cuales hacía su
presentación con caballos.
Capitán I-36 (célebre nombre del encaste santacoloma)de Vinhas
levantando al caballo con poder
El debutante Sebastián Castillo
compone la figura ante Tabaquero I-45 de Vinhas
Toros de gran tamaño, especialmente para una plaza de ruedo pequeño como
Ceret, presentó Aurelio Hernández, grandes de tamaño, de pitones, abundantes de
carnes, bastos, de capas más barrosas que jaboneras y poco interesantes en el
caballo y en la muleta. Dos de ellos se devolvieron, uno por estricta
mansedumbre, en una decisión discutible de un palco que estuvo toda la feria
desacertado, autoritario e incapaz y de segundo sobrero salió un saltillo de
Miguel Zaballos, encastado, codicioso y complicado al que hizo frente Pérez Mota quien dejó un buen recuerdo, como antes lo había dejado con su
compostura Curro Díaz ante los titulares. Fandiño parece proseguir su
recuperación anímica.
Pérez Mota ante el 6º bis de Miguel Zaballos
Seria estocada de Iván Fandiño al 2º de Aurelio Hernández
La característica común de la feria, además de la seriedad de los toros y
novillos, fue la importancia de la suerte de varas que desde Ceret parece
haberse exportado a diferentes plazas francesas, aunque le cuesta mucho trabajo
que sea un ejemplo para España. La recuperación de la suerte de varas es el
único camino para convertir la corrida de toros en un espectáculo integral,
vieja aspiración incumplida de los años 80, imprescindible para posibilitar la
supervivencia de la corrida de toros tan contestada, social y, en especial,
políticamente. En esa defensa, la visita anual a Ceret adquiere el carácter de
una peregrinación al santuario de la suerte de varas que es como decir de la
bravura.
Cubanero-2 de Vinhas
Cubanero-2 derribando en la 1ª vara con poder
Cubanero-2 arrancçandose a la 2ª vara
Cubanero-2 embistiendo con bravura en la 2ª vara
El saltillo de Miguel Zaballos que salió de segundo sobrero
en la corrida de Aurelio Hernández
Caparro-39 de Saltillo
Reportaje fotográfico de Andrew Moore
desde cuando en España no se ve esta clase de suerte de vara, todavia con loos albaserraas y miuras, todo lo demas ni pa un analisis
ResponderEliminarLa bravura necesita de la fuerza para manifestarse, pero además necesita que se muestre en la suerte de varas, sin agotar a los toros en una vara interminable cerrando al toro en una carioca habitual. La suerte de varas no debe ser una carnicería rápida para dejar al toro a punto para la muleta, sino un escaparate de la bravura y para ello le debe interesar al público y a los toreros y se debe promocionar por los empresarios. Ojalá sea así, Angel Jiménez Torres
ResponderEliminardonde se puede ver la galeria fotográfica completa de Andrew Moore en Céret? Gracias
ResponderEliminarHola Nico López, Las fotos de Andrew Moore de Cèret, se han publicado algunas en 6TOROS6 y otras en este blog. Me dice Andrew que si estás interesado puedes mandarme tu e-mail y te enviará un enlace con más fotos. Gracias
ResponderEliminarLas corridas de toros, nunca han sido mis favoritas por representar bastante crueldad y violencia sin motivo hacia los animales; por otro lado les recomiendo comprar unos bonitos amuletos de la suerte, para que sigan teniendo mucha positividad en la vida.
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