Un escritor que intenta que cada frase suya sea equiparable a
un lance de capote. Un aficionado que vive las faenas de una corrida como
poesías que van tomando forma a cada pase de muleta. Un novillero que probó
suerte en más de una docena de novilladas y prefirió perseguir su destino en
las letras. Todo eso y más es Jorge F. Hernández, agregado cultural de México
en España y director del Instituto de México en Madrid. Columnista del diario EL PAÍS, ha publicado cuatro novelas y varias recopilaciones de cuentos, ensayos y crónicas.
Jorge F. Hernández en la Tertulia de Jordán,
que se celebra en Casa Salvador
Su amena conversación salta en lo literario y en lo taurino entre
España y México. Nueva España como recuerda, valorando el positivo mestizaje
colonial del que procede su país. Mestizaje biológico, cultural, político y
hasta anímico, espejo transatlántico de ida y vuelta, que atañe tanto a México
como a España, llega a decir en sus ensayos publicados con el título de Réquiem
taurino.
Jorge F. Hernández
hace gala de un cálido sentido del humor
Aunque mantiene un cierto pesimismo sobre el futuro de las
corridas de toros, lo reviste de un ropaje de optimista bien informado, que por
lo demás impregna toda su charla. Su hablar es suave, cálido, provisto de
embeleso, los mismos adjetivos que utiliza para definir la embestida del toro
mexicano y sus pesimistas previsiones del futuro cercano de la plaza México no
destilan amargura o rabia, sino claro análisis. Ve un lento empeoramiento en la
asistencia del público a la México, pero entrevé que la inacción para revertir
la situación quizá esté propiciada por intereses inmobiliarios, como ya ha
pasado con el cercano estadio de fútbol Azul que se encamina hacia un centro
residencial y de ocio.
La nota de optimismo la pone en la posible aparición de un
torero que a modo de José Tomás en México, César Rincón en Colombia o Roca Rey
en Perú, puedan dar un tirón de la fiesta y del torero como héroe.
La Emperatriz de Lavapiés fue finalista del
Premio de Novela Alfaguara en 1998
Disfruta con la naturalidad en el toreo y cree que el toro
mexicano la propicia, ese toro que dice que hay que picar para que saque la
calidad. Nos recuerda que en México no existen las novilladas sin picadores y
aunque a los toros mexicanos no se les pique mucho, es la vara la que
posibilita la entrega del novillo y del toro.
Firmando un recuerdo para la Tertulia de Jordán
Conoce a los toreros de las grandes dinastías mexicanas como
los Silveti y los Armillitas (Espinosa de apellido) y habla de la necesidad de
que México tenga un renacer con toreros de la categoría de Gaona, Garza,
Silverio, Freg, Martínez y tantos otros.
Entre el ensayo y el cuento en prosa poética,
habla de su visión de la vida y la tauromaquia
Amante de la naturalidad y la elegancia, en la plaza como en
su prosa, recuerda en la conversación a Pablo Aguado y sus actuaciones en
Sevilla y Madrid y menciona a un torero de allá, José Mauricio, quien le ha generado
similar esperanza, en otro ejemplo del intercambio de ida y vuelta que le gusta.
Fotos de Andrew Moore
Fotos de Andrew Moore
Ole y ole Jorge F. Hernandez
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