Más que un torero singular, que lo es, Rubén Sanz es un personaje singular. Su relación con el toreo, con el arte de torear, se entiende mejor como una vocación en sentido weberiano, como una obligación moral personal, que como una sencilla dedicación profesional.
Consciente de dicha vocación desde su infancia y arropado por
sus tías desde niño, coincide con la creación de la escuela taurina de Soria
dirigida por José Luis Palomar, donde forjará su primer aprendizaje y también se
llevará su primer revolcón, pues su admirado maestro le intentará disuadir de
su dedicación por considerarle falto del valor necesario e incluso le expulsará
de la escuela por participar en una novillada sin el permiso de la misma. Actualmente
la relación personal entre los dos toreros sorianos es estrecha y a la admiración
de Rubén hacia su maestro se une la comprensión de este hacia él.
Se impone su vocación sobre las dificultades e iniciará una carrera larga en años y parca en contratos, para completar las 25 novilladas que le franquearán el paso para tomar su alternativa, apoyado por un grupo de aficionados sorianos, agrupados en la peña taurina y flamenca Celtiberia de la mano de Adolfo Sainz, quienes incluso encargaron la realización de un documental (Diálogos en la meseta con torero al fondo) donde se narraba la dedicación e ilusión del torero.
Soria es un páramo taurino, sin ganaderías, ni apenas corridas,
sus referencias más cercanas están en la ribera del Ebro tanto la aragonesa como
la navarra y riojana, donde muchos de los toros que se crían son para las
calles. Resulta difícil encontrar sitios donde entrenar y contratos para
torear, así la carrera de Rubén Sanz arropado ahora por fieles seguidores sorianos, apenas sale de las plazas de Soria, donde tomó la alternativa en los sanjuanes de 2009, El Burgo de Osma y Almazán.
A pesar de ello, todos los días entrena su toreo de salón en la vacía plaza de toros de Soria y se mantiene en forma esperando y buscando, claro, la llamada para torear en una corrida, un festival o una tienta.
Además de su carácter, probablemente las largas jornadas
depurando su estilo con los trastos de torear, le han servido para afinar su
concepto y su lugar en el abanico de distintos tipos de toreros. Lejos de los técnicos
que son capaces de solucionar los problemas que los toros plantean, se apunta a
aquellos otros que son capaces de crear emociones con su entrega. Busca la
pureza en abandonarse a sus sentimientos en la lidia, teniendo en cuenta la
capacidad de dominio del toro que posibilita dicho abandono.
Su entrega al público estriba en hacer lo que sabe, sabiendo lo que hace, pero no es un torero dominador ni, según afirma, sobrado de valor. Define la profundidad con un ejemplo que parece tomado de la física: La mayor distancia con la menor velocidad, que resulta muy explicativo.
Estuvo seis años sin contratos, pero no cejó en su dedicación estableciendo una relación muy cercana con Julio Aparicio, reafirmando su concepto. La salida de la pandemia le proporcionó una corrida en El Burgo de Osma donde una faena de inspiración a un toro de Sánchez Herrero, grabada por unos periodistas locales recorrió las redes tan faltas de noticias taurinas. Los ecos de dicha faena le devolvieron a la feria de Soria en 2022 donde juntó una gran faena al toro Pastor de Los Maños, con una espantá ante un toro de Monteviejo. Su participación en la Copa Chenel el pasado año le indicó que no es torero de competición, pero dio paso a una faena a un toro de Castillejo de Huebra en Soria que tiene como la mejor de las suyas. La ganadera, María José Majeroni, en el resumen de su temporada 2024 dice “(En Soria fue) donde vimos una faena realmente para el recuerdo de un torero de mucha clase y pureza al que desgraciadamente no se le da muchas oportunidades, Rubén Sanz nos hizo disfrutar de un torero esplendoroso”
Un torero romántico o por mejor decir una manera romántica de entender el toreo la de Rubén Sanz, quien con la dedicación de su mujer Maite Cordón, el apoyo de los aficionados de Soria a quienes se han unido los eruditos Manuel Hernández, Rafael Gómez y Juan Salazar quienes también ponen el sentimiento entregado en sus actividades taurinas y secundado por sus fieles seguidores iniciales, el torero vela sus armas y afina su criterio a la espera de una futura confirmación en Las Ventas y quien sabe donde le llevará su vocación, que vive como la forma más elevada de actividad moral y que se mantiene inalterable al paso de los años.
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