… el público taurino está, por su propia esencia y condición, casi diríamos que obligado a la frustración . No se entiende nada de la peculiaridad festiva ni del simbolismo hondo y patético de lo humano que la corrida encierra si se pierde de vista la característica decepción del aficionado, una decepción no contingente sino esencial, recurrente endémica … Barcelona 1945 Cortesía de José Ramón Márquez Lo mismo que en nada fundamental de la vida – en el amor o en la sabiduría, por ejemplo – puede haber goce legítimo sin padecimiento, tampoco puede ser llamada en rigor afición taurina la que no rezuma y está esencialmente compuesta de melancolía. Fernando Savater. Caracterización del espectador taurino. Incluido en Arte y Tauromaquia (VV AA) Turner. Madrid 1983 pags 118 y 119