Un refugio para la afición, un entretenimiento para matar
el rato, una fuente de conocimiento, una manera de hacer relaciones, un espacio
de propaganda de ideas, un recipiente de lugares comunes, un relato apasionado,
un choque de sensibilidades y muchas cosas más son las charlas taurinas del
invierno.
A las habituales de los jueves en el Aula de Tauromaquia del CEU, por donde pasa todo el que tiene algo que decir con interés intelectual, que este jueves daba, con su habitual brillantez el propio director del Aula, Rafael Cabrera, acerca del concepto de trapío y las menos habituales, para mí, pero siempre interesantes de la Asociación El Toro, he añadido las del fin de semana. Este finde he asistido a tres, nada menos, ya se sabe que
días de mucho vísperas de nada.
Portada de El Monosabio del
Ateneo cultural Taurino Orson Welles
Victorino Martín García presentó la revista El monosabio del
Ateneo Cultural Taurino Orson Welles. Esta asociación de jóvenes aficionados ha
dedicado, de manera casi monográfica, el primer número de su revista a la
llamada corrida del siglo. La del 1 de junio de 1982, en la que Ruiz Miguel,
Esplá y Palomar desorejaron a una brava corrida de Victorino Martín. La Orson, como
se denominan, es la iniciativa más interesante que conozco en los últimos años
en la que un nutrido grupo de jóvenes viven la fiesta de los toros, como una
más de sus aficiones culturales, sociales o artísticas y en torno a ella, se reúnen,
organizan actos y crean afición e iniciativas, un poco fuera de los tópicos y
ligada a las experiencias de gente de alrededor de treinta años, en un ambiente
diverso y nítido. Ninguno de ellos tenía edad para poder asistir a dicha corrida,
pero la reivindican como una efemérides de la fiesta, que por otra parte es como
la recordamos quienes si la vivimos.
Las cabezas cambiaron de los pelos negros de la Orson, a
los blancos de las matinales de Las Ventas
Santiago López y El Fandi en Granada
Santiago López, matador de toros, apoderado y miembro del
equipo de Simón Casas, fue presentado en las charlas de la Peña “Los de José y
Juan” por José Tomás Román, padre del torero. Con un cuidado exquisito para separar
entre lo que quería contar y de lo que no quería hablar, dejó un interesante
relato, continuado en la comida, del interior de la vida de un torero que
empieza a abrirse camino, con sus experiencias con dos toreros tan distintos
como José Tomás y El Fandi.
Lo primero, para poder hacer un torero, es el valor, dijo.
Eso se tiene o no se tiene, pero no se puede enseñar, fue el titular de sus
comentarios. Entiende que es necesario que exista un organismo que defienda y
ordene la fiesta actual, aunque pasar de la idea a los hechos implica numerosos
problemas en los que no entró. La noticia de la actuación de José Tomás en
Aguas Calientes el próximo 2 de mayo, suscitó jugosos comentarios sobre su carrera
y actualidad.
Cartel de las conferencias de la peña "Los areneros"
El domingo, Jesús Ron, amigo, colega de profesión y gran
animador del ambiente taurino de Guadalajara, fue presentado por el erudito
bibliófilo y estadístico taurino, mi querido José Mª Sotomayor, en la charla de
“Los Areneros”.
Después de asistir a la disertación sobre los toreros de
la edad de oro, que conoce a fondo, pues ha publicado la biografía definitiva
sobre Julián Sáiz, Saleri II, tuve la sorpresa de acompañarles a la exposición
de dibujos taurinos de niños que, promovida por la peña “Los Areneros”, forra
con más de 300 coloridos dibujos las paredes del restaurante Puerta Grande. Es conmovedor
pensar que de esos niños que han dibujado de manera naif su visión de la
corrida de toros, quizá alguno llegue a aficionarse y seguro que todos a no denostar la
corrida de toros.
Alegría ante nuevas iniciativas, interés ante las
experiencias de gente del mundillo, conmovedoras esperanzas de futuro, nada
excepcional si se quiere, pero un fin de semana entretenido y diferente.
Publicado en http://www.opinionytoros.com/tribuna.php?Id=1632
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