Subió y bajó las malditas escaleras, sin apoyos ni
barandillas, que llevan a la fila 27 del 7 hasta bien mediados los
ochentanytantos años, aunque las últimas corridas las vio desde la delantera de
grada donde se podía llegar con ascensor, ahorrándose la larga y penosa subida.
La verdad es que muchas de las corridas a las que acudía eran
las sobrantes del abono, esas a las que no se puede ir porque están en fin de
semana o son teóricamente malas y a las que se unían las de los caballos y
otras varias. Pero nunca decía que no, siempre acudía bien dispuesta,
acompañada por amigas de su edad a las que, como a ella, no les arredraba el
sol inmisericorde, que a muchos nos ha hecho abandonar tan severas localidades.
Disfrutaba del espectáculo con alegría y condescendencia y se
llevaba bien con las protestas que tantas veces protagonizaban en el tendido,
hasta el punto de que en las contadas ocasiones que le proporcioné alguna
entrada de sombra, me decía que esa gente de la sombra era muy rara, los
perfumados era el término que había adoptado, que no sabían valorar las
dificultades, ni aceptaban las protestas.
Conocía a todos los amigos de los altos del 7 y con todos
hablaba, para recordarme luego que no le había contado numerosas situaciones y
peripecias personales, importantes para el transcurrir de sus vidas y a las que
supuestamente yo hacía poco caso.
Los últimos años ya no pudo acudir a la plaza, pero allí ha
dejado su recuerdo, con su gorrilla para el sol y su sonrisa, dispuesta a
entusiasmarse con lo que ocurría en el ruedo y recordándome que siempre he sido
un poco flojo para aguantar el sol, a pesar de los 35 años de abono en el 7.
Adiós mamá.
Amplia fue una mujer de cuerpo entero siempre muy dulce y cariñosa compartí su compañía en muchas tardes y luego seguí el calvario de su enfermedad mi recuerdo por ella es muy grande como lo es mi pena por su muerte y el gran vacío que deja en su hijo y en todos los que tuvimos la suerte de conocerla descansa en paz te echamos de menos y un fuerte abrazo al gran Andrés
ResponderEliminarMuy emocionante Andrés. Que en paz descanse tu madre. Un abrazo.
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