Triunfar en una corrida de toros no se puede medir sólo por el
éxito cosechado, las ovaciones masivas, los despojos concedidos como premio por
un público más o menos entusiasta e indocto. Triunfar es decir la verdad que
uno tiene delante del toro que se la pide.
Rafaelillo sorteó los dos más peligrosos por fieros.
El parado Guindoso-22 y el agresivo Caracorta-10
Los toros de Dolores Aguirre pedían cosas complicadas y
dispares. Listos por mansos, agresivos por encastados, fieros como el cuarto
que intentó saltar las tablas en pos de Mellinas y embistió a oleadas a la muleta
de Rafaelillo, la nobleza no estaba incluida entre sus cualidades, no digamos
la docilidad imperante otras tardes.
Caracorta-10 derribó por los pechos al caballo de Esquivel
quién no ahorró, como sus compañeros, los puyazos traseros barrenando
Los picadores apuntaban a romper el espinazo, mucho detrás del
morrillo y recargando y escarbando sin ninguna consideración hacia la casta del
toro, ni a la dignidad de su profesión, para desgastar cuanto antes las fuerzas
de los toros. El propio Esquivel que viene de picar triunfalmente en Vic-Fezensac
con cuatro varas a otro Dolores Aguirre, mechó indiscriminadamente en dos
entradas los lomos del fiero Caracorta.
Alberto Lamelas condujo las embestidas de Burgalés II-36
y Burgalés I-21 al que sacó buenos pases por el pitón derecho
En los pensamientos de muchos, si hubiéramos conocido la
condición del toro, hubiéramos deseado que le tocara a Rafaelillo en el sorteo,
quien reúne la capacidad, destreza y decisión necesarias para dominar la
fiereza desatada.
Gómez del Pilar sorteó el mejor lote
al que realizó sendas faenas con algún muletazo de mérito
Pero como sus hermanos, Caracorta, se cansaba pronto de
embestir, y ni
el oficio de Rafaelillo pudo hacer otra cosa que estar ahí, también se cansó el quinto de Lamelas que sólo obedecía por el pitón derecho
o se aburrían los dos de Gómez del Pilar, el primero de los cuales, el más
noble y flojo de la corrida, aguantó un poco más la faena plagada de derechazos,
entre los cuales se incluyó alguno de mérito.
Vicente Yangüez "El Chano" recibe de Gómez del Pilar
el brindis de Burgalito-12, al que redondeó la mejor faena
Con la cabeza bien alta se fueron los tres matadores después
de decir su verdad en una corrida complicada y por tanto entretenida.
Rafaelillo demostrando que donde otros
se ahogan, él respira. Lamelas sin mengua de su valor y Gómez del Pilar en el
inicio de una carrera que no estará exenta de toros complicados y a la que se
enfrenta con armas demasiado mostrencas.
Los tres dijeron su verdad y eso, es triunfar.
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