Enrique Ponce toreó en Las Ventas como en el patio de su casa,
con las mismas ganas que podría torear para unos amigos en una fiesta familiar,
con el mismo entusiasmo de una celebración singular, con la misma tranquilidad.
Tiene su toreo un poso y singularidad, que se traduce en
elegancia. Es verdad que con los años el medio pecho que daba a los toros,
herencia del toreo de los años 80 y 90, se va poniendo de perfil como el toreo
de este siglo XXI, pero no acaba de perder la compostura por ello.
A su primer manso le buscó las vueltas con rapidez para tras
una faena marca de la casa, con esa rara mezcla de superficialidad y
brillantez, remató con una serie de ayudados por bajo, con la pierna contraria
muy adelantada, llevando al toro toreado y largo.
Lo bueno vino en la faena a Rumbero-24, manso, salpicado de capa, falto de voluntad para embestir y de
fuerzas para seguir la muleta, lo que le llevaba a puntear y levantar la cara.
Aunque no daba especial sensación de peligro, tampoco pasaba en la muleta.
Tras un trasteo en el que se transparentaba la seguridad del
matador, en el que no sobraba ningún pase, ni había descanso para el toro que
no dejaba de puntear la muleta, Ponce humedeció levemente la pañosa, quizá para
darle un poco de peso que le faltaba y volvió al toro, al que le obligó a
embestir en una serie por la izquierda y otra por la derecha.
Nada más y nada menos. Obligar a embestir a un toro que no quiere
y hacerle pasar en una serie por el pitón izquierdo y otra por el derecho y
todo ello con decisión, sabiduría y elegancia. ¿Y si el toreo fuera eso?
Lástima de la estocada, pues como me dijo el maestro Luis
Francisco Esplá, en un encuentro fortuito a la salida: “Una pena, pues cuando
uno torea así, necesita, para él mismo, matar bien al toro”.
Fotografías de Andrew Moore
Publicado en Opinión y Toros
Fotografías de Andrew Moore
Publicado en Opinión y Toros
Querido Andrés, hace años leí en un cuaderno unas palabras escritas por Luis Miguel, che decían así: los toros son como la vida, hay que hacerlos pasar por donde no quieren. Un abrazo, me temo que tampoco este año nos veremos en Madrid. Gaetano
ResponderEliminarPosiblemente ese sea el fundamento del dominio en el toreo, querido Gaetano. Siento que no nos veamos en Madrid. En otra feria será. Un abrazo
ResponderEliminarA un toro "encastao", quizás si, pero con este tipo de toro, esta más cerca de la estafa, eso si, muy bonita estafa.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo.
ResponderEliminar