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¡NO ES ESTO, NO ES ESTO!

Nuñez del Cuvillo ha enviado, posiblemente, la mejor corrida que ha lidiado su hierro en Las Ventas en los pasados 10 años. Alejandro Talavante ha demostrado estar en figura del toreo, al que ningún toro le descompone. Roca Rey ha enseñado su capacidad de asumir riesgos estáticos delante del toro y Juan Bautista ha dictado una clase de toreo de salón de alta escuela. Con todo ello junto, la corrida ha sido un compendio de lo que no debe ser una corrida de toros. 


 Talavante sorteó el mejor lote

Si la corrida de toros es riesgo, la escasa fuerza de los toros no presagiaba ningún peligro. Si es casta brava, los toros no eran de pelear, acudían al caballo a dejarse pegar una primera vara de, en general escasa fuerza, para acudir cansinamente al caballo por segunda vez para que les simularan un picotazo.

El codicioso Nenito-63 corneó a Talavante 

Si es técnica, Talavante, el protagonista de la jornada, no supo quitar el molesto cabeceo del final del pase de su primer toro, ni supo dominar a su segundo que se ceñía hacía el torero buscando entregar un triunfo de época a su matador, que se resolvió en una cornada de inciertas consecuencias para el futuro inmediato.

El valor estático de Roca Rey

Si es valor, se espera que no sea un valor estático como el de Roca Rey, llamado a ocupar un papel preeminente en el toreo, sino que domine el movimiento del toro, no que lo deje pasar cerca de su cuerpo con pases sin dominio.

Toreo de salón de alta escuela
de Juan Bautista

Si es arte, se necesita que la conjunción de los pases esté en consonancia con el movimiento del toro y no se quede en un experimento de salón en el que el toro pasa por fuera de los engaños sin que haya embroque, como en la académica lección de Juan Bautista.
 Tobillita-76 bello ejemplar de Nuñez del Cuvillo


La corrida de toros necesita, para mantener su difícil hueco en el siglo XXI, unas dosis de arte, valor y técnica del torero, y espectáculo de la lidia, sustentadas en un toro de mayor poder y un toreo de mayor compromiso.

Fotografías de Andrew Moore
Publicado en Opinión y Toros

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