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DILES QUE NO ME OLVIDEN. TRAS LAS HUELLAS DE JOSE MATA. 3.1 LA PERSONALIDAD DE JOSE MATA

3. LA TRAGEDIA DE VILLANUEVA DE LOS INFANTES

3.1  LA PERSONALIDAD DE JOSE MATA

Los recuerdos de un torero muerto hace más de cuarenta años se difuminan. El peso de su trágica muerte, que tanto impactó en su momento, vuelve imprecisos y heroicos los recuerdos de quienes le trataron. Mata peleó por su triunfo como torero con su secuela de dolor e ilusión, pero el destino le esperaba con una mala jugada que daría al traste no sólo con su esfuerzo sino también con su vida.

José Mata a hombros por el ruedo de Las Ventas
Tomada de El Espadazo

Vueltas y revueltas de una vida que desde el aislado lugar de Las Tricias, irá a la capital Santa Cruz de La Palma antes de que irrumpiera el turismo transformador de costumbres y lugares, para trasladarse a la Caracas del desplome petrolero de los años 50 y saltar al Madrid desarrollista de los años 60.
Etapas de una vida en la que la desbordante vitalidad de Mata probará suerte en el fútbol de aficionados canario, se deslumbrará por las corridas de toros en Venezuela, estudiará arte dramático, participará en bandas de música, será actor de cine que pasará de extra a figurar en los títulos de crédito, buscará ingresos como agente de ventas y representante de maquinaria e incluso encuestador y se dejará seducir definitivamente por los toros a los que dedicará su ilusión y acabará entregando su vida.

Algunas películas en las que participó José Mata

Llega a Madrid desde Venezuela en el año 59, al barrio de Salamanca, relativamente cerca de la plaza de toros de Las Ventas y al lado del Palacio de los Deportes levantado en esos años sobre el solar que dejó la antigua plaza de toros de la Carretera de Aragón. El Madrid del año del Plan de Estabilización, es una ciudad que aún no ha empezado su etapa de desarrollo. Los viejos cafés todavía no han sentido la presión de las oficinas bancarias y subsisten con su clientela de café con leche y dominó, las modernas cafeterías tardarán en aparecer, los restaurantes son un lujo lejano, Chicote un reclamo para la jet-set internacional seducida por Ava Gardner que residirá temporadas en Madrid, y aireará sus relaciones con Luis Miguel Dominguín y otros toreros, y donde dirá que la vida dura toda la noche, si conoces bien la ciudad. 

La Carrera de San Jerónimo en el año 60

Pero alrededor de los ociosos de la jet-set del momento, habrá una vida más oscura, de pobreza y kermés, largos paseos dominicales, baños veraniegos en el Parque Sindical. Una sociedad que arrastra una larguísima decadencia anterior a la llegada de los planes de desarrollo que traerán los electrodomésticos rutilantes, los coches utilitarios y las viviendas modernas, que asomarán a lo largo de la década de los 60. Mata tendrá su vivienda en el nº 60 de la calle de Don Ramón de la Cruz, cerca de la cual está el bar Otero donde aún mantienen colgados en sus paredes diferentes fotos, carteles y recuerdos de José Mata, quien se hizo amigo de la familia, con esas relaciones de barrio tan comunes en el Madrid de la época y que hoy son historia pues prácticamente han desaparecido.
El actual propietario Emilio García Otero recuerda a Mata como cliente habitual del bar, con esa costumbre tan madrileña de relacionarse en los bares y hacerse amigos de los otros parroquianos. Sus vecinos acompañaban a Mata en las actuaciones en Las Ventas y le arropaban con su afición, que en el caso de Emilio ha transmitido a su hija Marta quien fue alumna en la Escuela Marcial Lalanda de Madrid en los años del cambio de siglo. El pequeño tesoro que Emilio García Otero guarda entre sus recuerdos, es una entrañable foto de vecinos del barrio, junto a José Mata en el patio de cuadrillas de Las Ventas, en la que aparece el propio Emilio siendo un niño y que recrea perfectamente el ambiente de los aficionados de los años 60. 

José Mata con vecinos del barrio en el patio de cuadrillas de Las Ventas
Cortesía de Emilio García Otero


Compartiendo espacio con las viejas y bellas cubas de barro que contuvieron vinos de Mentrida desde la inauguración de la taberna en 1923, apenas seis años después de construirse la finca en la que se encuentra, están colgadas en las paredes varias fotos de José Mata, singularmente bella una realizada por Botán sobre la que está impreso el lema ¡PEPE MATA…… MATA ASI!!! y en la que según la opinión del torero italiano Enrico Carbone, quien conoció a Mata, “el cruce es perfecto, la muleta manda como es debido, y los pies a estocada terminada, están todavía en el suelo.”

La estocada de Mata en un cartel publicitario
Reproducido por Andrew Moore

Una copia del cartel de la infausta corrida de Villanueva de los Infantes conserva el recuerdo del torero entre varias fotos de matadores de toros y del conocido futbolista, quien estudió en el cercano Colegio Calasancio donde despuntó antes de pasar a las filas del Real Madrid y a la fama, Emilio Butragueño.

Cartel de la corrida de Villanueva de los Infantes

También una doblada página de la revista Dígame con el reportaje gráfico de la corrida del 4 de julio de 1971 en la que junto a José Manuel Inchausti “Tinín” y Florencio Casado “El Hencho” despacharon una tremenda corrida de Martínez Gallardo de la que El Ruedo titulará con gran desarrollo tipográfico: “TOROS DE VERDAD… ¿Y LAS FIGURAS, DONDE? Subtitulando UN COTIZABLE ÉXITO DE JOSE MATA QUE CORTO UNA OREJA”.

Página de Dígame acerca de la corrida de 4 de julio de 1971
Reproducida por Andrew Moore

Es el último éxito de Mata en Las Ventas, aunque todavía volverá el domingo 18 de julio en una corrida de cuatro matadores a beneficio de la Mutualidad de funcionarios de la Diputación Provincial de Madrid, sin que los toros del Conde de Ruiseñada permitieran mayor lucimiento.


El cartel de la corrida del 18 de julio de 1971
en la casa familiar de los Mata en Las Tricias

Muchas etapas, muchos intereses, mucha vitalidad se encierra en este breve repaso. El cine fue una fuente de ingresos para mantener su afición torera, su paso por la música y el fútbol muestras de una personalidad desbordante. Sus actuaciones en los ruedos, especialmente en Las Ventas, son muestra de esta vitalidad, sustentado su duro aprendizaje más en el valor que el oficio, y se saldan con trofeos abundantes, orejas y vueltas al ruedo frente a toros complicados, pese a no obtener la aquiescencia de la crítica, que en esto, como en casi todo, se divide. Curioso el caso de ABC de quien no obtiene buenas críticas escritas ni de su crítico titular Antonio Díaz-Cañabate, ni del segundo crítico Andrés Travesí, mientras que Antonio Casero en las mismas páginas siempre le dedique alguno de sus dibujos entre lo más relevante de la tarde, como en este remate que por su empaque y garbo lo podría firmar El Chiclanero.. Lozano Sevilla en las páginas de La Vanguardia Española mantendrá un criterio errático sobre sus actuaciones. Siempre le reconocen el valor con el que tapa otras carencias, mientras el torero afirma que es un artista que no puede expresarse en plenitud debido al tipo de toros con los que se enfrenta. 

En la crónica de ABC de la corrida de 20 de septiembre de 1970

Tendrá que llegar el año 70 para que José Luis Dávila en La Hoja del lunes, Alfonso Navalón y Carlos de Rojas  en Informaciones y especialmente la revista taurina El Ruedo empiecen a granear buenas críticas que resaltan su valor y se detienen en las buenas condiciones de su toreo.

Derechazo de José Mata
Tomada de El Espadazo

Madrid es un trampolín tramposo para un torero. Las corridas de fuera de temporada están llenas de toros duros, de los que no quieren ver los toreros en las ferias, de los que exigen nervios templados, corazón valiente y pies ligeros, de los que no admiten el toreo con gusto. Son toros que si no se paran manseando, buscan al torero en su derrote, siempre prestos a descubrir las carencias técnicas de los toreros, pues no hay técnica que valga para conjugar el dominio de la fiereza con la belleza del trazo. Si, a fuerza de valor, el torero triunfa, el premio es otra corrida de esas, otro atragantón para desgastar el valor y torcer el estilo. Es difícil salir de ese círculo vicioso de corridas duras, se necesita calidad, constancia y suerte, hay que tener acceso a torear seguido, en plazas de menos compromiso, a mejorar la técnica, a permitir que el toreo fluya con belleza, con ligereza, que cada corrida no tenga que ser un alarde de valor a cara de perro.  Las críticas favorables de los años 70 y 71 pueden permitirle romper ese círculo, esa era la oportunidad que le brindaba Villanueva de los Infantes y Mata no se lo piensa.

(Cont.)
Próximo capítulo 3.2 LA CORRIDA DEL 25 DE JULIO DE 1971

Publicado anteriormente
2.3 La alternativa. http://adiosmadridtoros.blogspot.com.es/2014/12/diles-que-no-me-olviden-tras-las.html

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