Mansos,
mansos irremediables, mansos descastados, despistados, mansos que se van de la
suerte, mansos que acaban siguiendo a duras penas los vuelos de la muleta,
mansos de concurso, de colección, mansos encabritados al sentir el hierro de la
puya, mansos de El Cortijillo de variados estilos en el comienzo de nuestra
larga estancia en Las Ventas.
Frente
a los mansos cabe la voluntad de Joselito Adame, el estilo vertical y de suaves
movimientos de Pepe Moral, siempre elegante, siempre la pierna escondida o la
bravura de Juan del Alamo que se fue a por su primer manso dándole distancia
para dominar sus embestidas.
Pepe Moral
No
consiguió dominarlas, quizá porque aunque su colocación era buena y su trazo
también, el engaño acababa siempre arriba en los pases, por lo que el animal no
acabó de entregarse y aquello acabó en una porfía con escaso interés.
Juan del Alamo
A
esta pasarela de mansedumbre asistió el rey en una barrera de sombra en la que
creo que es la primera aparición de Felipe de Borbón en una plaza de toros
fuera de un acto oficial, lo que la no muy numerosa afición congregada
agradeció con sus aplausos.
Fotos de Andrew Moore tomadas de Del toro al infinito y de Alvaro Marcos de Las Ventas.
Publicada en opinionytoros.com
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