EL RELATO DE LA TAUROMAQUIA
Está de moda el concepto del
relato. No vale con hacer algo, para que los demás lo entiendan hay que dotar
al hecho de un relato. Eso que a veces se descubre con mala pata, ¿quién no se acuerda
de la “niña” de Rajoy?, dota de armazón y de sentido la actuación.
Pues bien, en la tauromaquia no
ha llegado ese concepto con carácter general. Así la interesante corrida de
Montalvo en Sevilla, con tres toros bravos, dos que tenían sólo cierto interés
y cayeron en el lote de Silveti y un garbanzo negro que abrió corrida, se
perdió entre toreros que no supieron enganchar en sus formas al escaso público
que nos repartíamos por la mitad de la plaza, sobrellevando el calor africano
al escandaloso precio de las entradas en Sevilla.
Juan del Alamo, ya que no arma un
relato, por lo menos tiene sitio delante de los toros y los domina, aunque no
estructure bien las faenas y se pase de ayudados por bajo que rompieron mucho a
su primer toro o intente montar series a favor de querencia al otro que se rajó.
Nazaré parece amontonar pases para que alguno le salga bueno, aunque se deje ir
el toro de la corrida, al que no faltarán los que digan que perdió una oreja
por la espada y Silveti, a falta de saber que hacer, se decidió a torear como
su tío Alejandro, que no es poco eso de cuando no se sabe que hacer, poder
elegir entre lo que hacía su padre, su tío, su abuelo o su bisabuelo, todos
ellos matadores de postín.
Lo que parece que va cuajando es
el relato de los picadores, y así varios intentaron tirar el palo, no
rectificar, no recargar y darle salida al toro, todo un logro que parece
provenir de dotarle de progresiva importancia a la suerte de varas… y saber
contarlo.
Cronica muy bien construida
ResponderEliminary con relato breve
bravo
A
Gracias A. Siempre atento.
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